En Chicago, la soja subió 5% en 2 días y en Rosario se operaron 100.000 toneladas
Operó ayer con un alza de 2%, básicamente por compras técnicas. En Rosario, los precios mejoraron 3% y se activaron las ventas. La nueva cosecha sería récord, pero no tanto
La cotizaciones internacionales de la materias primas agrícolas le están dando un pequeño respiro a la economía local. Es que tras casi tres meses de derrumbe, en las últimas dos jornadas experimentaron fuertes alzas.
La soja hilvanó en Chicago una mejora de 4,6% en dos jornadas consecutivas, para cerrar ayer en u$s 354,5 por tonelada, el mayor precio para las últimas tres semanas de operación en la principal plaza granaria global. El maíz también repuntó fuerte: 6,8% en dos días, hasta u$s 140,5 por tonelada, el mayor valor en cinco semanas. Contra esos mínimos, la oleaginosa ya vale 6,8% más que hace 20 días y el maíz 12,2% más.
De esta forma, y de la mano de los fondos especulativos que salieron a comprar posiciones en materias primas agrícolas mientras se deshacen de los commodities energéticos (con los valores del petróleo en mínimos de 2 años), la oleaginosa recortó a 24% la pérdida de valor que sufrió a lo largo del año (ese retroceso se había aproximado al 29% hace 20 días cuando los futuros de Chicago tocaron un piso de u$s 339,2 la tonelada).
Aunque ambos commodities siguen en los niveles mínimos de los últimos cuatro años, y el fuerte repunte de los últimos dos días no implica que lo peor ya pasó (porque desde los fundamentals del mercado sigue pesando la cosecha récord en EE.UU. y las previsiones de gran oferta en América del sur), la suba de la soja y el maíz trae algo de alivio al país.
En medio de la presión oficial para que las agroexportadoras liquiden divisas por unos u$s 6.000 millones hasta fin de año y la retención de granos que efectivizan los productores (mezcla de baja de precios, inflación y brecha entre el dólar oficial y el blue), la mejora de los valores internacionales contagió las operaciones locales.
En ese marco, en Rosario, la soja disponible mejoró 3% desde el viernes (última rueda por el feriado del lunes), hasta u$s 269 la tonelada.
A esos precios, se operaron unas 100.000 toneladas, según consignó la Bolsa de Comercio rosarina, un volumen que en otros años se constituía en un promedio diario, pero que en el actual contexto es más una excepción.
Hasta el pasado 1º de octubre, faltaba ingresar al circuito comercial local unas 21 millones de toneladas de soja, que desde los mínimos de hace tres semanas se revalorizaron en u$s 470 millones a precios de Chicago.El maíz también explotó ayer en Rosario: 2,7% de alza hasta u$s 113 la tonelada. El contrato abril mejoró casi 3% hasta u$s 125,4 la tonelada.
No obstante, esas mejoras están lejos de cambiar el panorama para la cosecha gruesa 2014/15, de la que ya comenzó a sembrarse maíz temprano y girasol, dos cultivos tradicionales que este ciclo cubrirán menos superficie de siembra y por ende, dejarían menos producción final ante el escasísimo margen que dejan un alza en los costos y los precios bajos.
En ese sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundió ayer sus primeros guarismos sobre la próxima siembra de soja.
En sintonía con lo que muchos analistas indicaban, y lo que advirtieron hasta las entidades técnicas de la cadena sojera, el escaso margen que también tiene la oleaginosa 14/15 hará que la superficie sojera no crezca en la medida en que resignan área los otros cultivos veraniegos.
En su informe de precampaña sojera 14/15, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que el área implantada con la oleaginosa crecerá 1,2%, o 600.000 hectáreas, hasta cubrir 20,6 millones de hectáreas. De cumplirse la estimación, se estaría ante un nuevo récord de superficie nacional sembrada.
A la hora de explicar la escasa expansión del área a sembrar con soja, la entidad recalca que, "en las últimas semanas, se relevaron factores adversos, la mayoría de los cuales tiene por común denominador el actual precio de mercado junto con su evolución esperada para el corto y mediano plazo".
"Los valores sustancialmente menores a los verificados en años recientes presionan de manera negativa sobre la rentabilidad prevista para el nuevo ciclo. Esa situación frena la expansión de área que podría registrar el cultivo durante los próximos meses".