Fallo histórico condena a productores
En Córdoba un tribunal dio por comprobado que la aplicación descontrolada multiplicó los casos de cáncer. Se condenó al productor y al piloto.
En un fallo que se considera histórico, la justicia cordobesa declaró delitos penales las fumigaciones ilegales con agroquímicos a campos de soja cercanos a barrios poblados y condenó a dos de las tres personas que fueron llevadas a juicio en una de las causas que se ventilan en los tribunales.
Se trata del emblemático caso de barrio Ituzaingó Anexo, donde desde hace más de 12 años las familias denuncian muertes y lesiones como presunta consecuencia de los agroquímicos usados en las fumigaciones.
La denominada causa madre que se instruye por los casos de víctimas fatales todavía no está concluida y posiblemente sea sometida a juicio el año próximo. No obstante, durante las audiencias, la Fiscalía expresó que hasta 2010 en ese barrio se constataron 169 casos de cáncer y más de 30 muertes por esa enfermedad.
La resolución tomada ayer por la Cámara Primera del Crimen se refiere a un caso conexo en el que fueron imputados por fumigaciones dolosas, ocurridas entre 2004 y 2008, dos productores y un piloto fumigador.
El fallo es histórico, dado que representa el primer proceso en el país y en el continente que juzga la aplicación de sustancias químicas en campos cultivados y sus presuntos efectos nocivos en la salud de la población.
Luego de casi dos meses de audiencias y testimonios, los jueces del Tribunal de la Cámara 1 del Crimen de Córdoba condenaron a tres años de prisión no efectiva y el cumplimiento de tareas sociales para el productor agropecuario y el aviador, dos de los tres acusados en el proceso judicial. El restante resultó absuelto por falta de pruebas.
La pena de prisión condicional correspondió al productor Francisco Parra y al piloto Edgardo Pancello, pero fue absuelto el productor Jorge Alberto Gabrielli.
Por unanimidad, Parra fue declarado autor penalmente responsable del delito previsto por el artículo 55° de la ley de delitos peligrosos. Por mayoría, Pancello fue encontrado autor corresponsable.
Parra fue inhabilitado por ocho años para realizar aplicaciones de agroquímicos en campos y Pancello fue inhabilitado por 10 años.
Ninguno de los dos irá a prisión, pero deberán cumplir tareas comunitarias de 10 horas semanales, durante cuatro años, para el Estado o en instituciones de bien público relacionadas con el ambiente y la salud.
Desazón
La sentencia de los jueces fue recibida con desazón por vecinos del barrio y miembros de organizaciones ambientalistas, que realizaron un acampe frente a los tribunales para esperar la definición.
Al finalizar el juicio, tras varias horas de tensión, hubo llantos y gritos de familiares que sufrieron pérdida de seres queridos o que padecen hoy consecuencias de la contaminación.
En tanto, el fiscal Marcelo Novillo y el médico Medardo Avila Vázquez, ex secretario de Salud municipal y dirigente de la ONG de médicos de pueblos fumigados, se sintieron satisfechos con el desenlace judicial.
Novillo sostuvo que por "las condiciones en que se fumigó, las condiciones en que estaba el barrio, han sido condenados Parra y Pancello". Destacó que el fallo "ya sienta un precedente para la causa madre y para las causas que están paralizadas. Por eso es muy importante", ponderó.
Si bien debe aguardarse la lectura de los fundamentos, prevista para el 4 de septiembre, el fiscal dijo de antemano que no tiene previsto apelar.
A su vez, Avila Vázquez, quien actuó como querellante en la causa, destacó que, aunque los acusados no van a prisión, el tribunal sentó un precedente al tipificar como delito las fumigaciones. "Es un fallo histórico. Si bien la condena es de cumplimiento condicional, quedó clarísimo que es un delito. Podría haber sido un poco más, puede que la gente no se sienta respondida por esto, pero es un paso muy grande el que hemos dado", dijo al evaluar el pronunciamiento judicial.
El abogado de Pancello, Alejandro Pérez Moreno, se manifestó disconforme con la condena y anticipó que apelará el fallo. "No hay ningún argumento serio que destruya la inocencia de mi cliente", afirmó.