Freno en la economía
En menos de un año, el país pasó de crecer a tasas chinas a discutir si está o va a estar en recesión
La economía argentina crecía a ritmos chinos hasta el año pasado. En octubre, la locomotora se empezó a frenar. A mediados de este año -según INDEC- había ya un parate fuerte: caída de 1,5% en junio, 0% de crecimiento en julio. Menos empleo, inflación en alza, más pobreza, pérdida de poder adquisitivo acompañaron esa retracción. Son, justamente, los temas que la opinión pública hoy registra como preocupaciones fuertes.
En el Gobierno insisten en que la razón de ese cambio en el escenario económico es una sola: la crisis externa, que golpea aquí. Otras voces, sin embargo, agregan más razones para explicar cómo de un crecimiento del 10% hace un año se haya pasado a la discusión de si el país está ya en recesión o está a punto de estarlo . Allí señalan factores ajenos al control oficial, como la sequía que redujo la cosecha de la soja, o el enfriamiento de Brasil, que mermó la demanda de bienes argentinos. Pero agregan otras razones de responsabilidad puramente gubernamental, como las restricciones a las importaciones, que generaron parate en fábricas por falta de insumos. Y el corralito al dólar, que trajo más fuga de divisas, además de un parate en la venta de inmuebles y, por tanto, en la construcción. Los analistas no dejan de añadir a esa lista la expropiación de YPF, que más allá de los objetivos soberanos que destacó el Gobierno, fue una señal que muchos empresarios decodificaron frenando inversiones.
Por sobre todo eso, la inflación, que se mantiene en un ritmo de casi 25% anual, estiman los privados. Eso provoca un atraso relativo en el tipo de cambio, dificultando las exportaciones y promoviendo importaciones, claro. Pero también lima el poder adquisitivo de los salarios. Sin embargo, hasta ahora el alza de precios no aparecía en el radar de las encuestas como un tema importante. ¿Qué cambió?
Hasta este año, las paritarias venían ganándoles terreno a los precios y había recuperación de poder adquisitivo. Para 2012, el Gobierno, por primera vez, buscó imponer paritarias por debajo de las expectativas inflacionarias. Eso impactó. Pero, además, esa decisión oficial atrasó las negociaciones, secando más aún los bolsillos. Y la inflación, entonces, empezó a aparecer en las encuestas.
La pregunta es si estos temas que hoy llegan a la agenda de la opinión pública tendrán correlato en la política . Allí, dicen los analistas, la clave es el tiempo. Un prestigioso economista de la oposición decía meses atrás: “No es lo mismo 3/0 que 0/3”. O sea, si en 2012 se crecía 3% y en 2013 0%, las elecciones del año próximo encontrarían al Gobierno con una mochila pesada. Pero si la retracción golpeaba fuerte este año y en 2013 comenzaba la recuperación, eso impulsaría al oficialismo. Ese es el escenario al que apuestan en la Casa Rosada. Y los números, al menos hoy, parecen indicar que será así. Los economistas dicen que este año el crecimiento será menor al 1,5%, pero que 2013 tiene ya un piso de 2%, que podría ser 5% para los más optimistas. Si así fuera, la agenda de preocupación económica que hoy aparece en las encuestas podría moderarse antes de las elecciones. “O el Gobierno podría equivocarse otra vez, como con el dólar o con YPF, y anular el impacto positivo que tendrán en los próximos meses la recuperación de Brasil y la mayor cosecha de soja que se viene”, dice un economista que, claro, no es oficialista.