Cuestionan norma de la Afip sobre identificación de bovinos
Luis Etchevehere, de la Rural, y Eduardo Buzzi, de la FAA, criticaron la resolución 3.649, que dispone un sistema electrónico de trazabilidad
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, advirtió que el Gobierno nacional busca “cargarles una factura de 500 millones de dólares a los productores” con el nuevo sistema informático para controlar los movimientos de bovinos que prevé poner en marcha en 2015 la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
La resolución 3.649/14 de la Afip –publicada el lunes en el Boletín Oficial–, determina que el Sistema Fiscal de Trazabilidad Animal (Sifta) controlará de manera informática los movimientos de los bovinos. Con la herramienta se auditarán nacimientos, muertes, traslados, faena, transformación industrial y comercialización. “Quieren sacar un chip que va a significar un negocio de 500 millones de dólares. Necesitamos que haya un plan integral para recuperar la ganadería en la Argentina, no sólo controlar algo que ya está controlado por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria)”, dijo a la prensa en el predio ferial de Palermo, donde el próximo jueves comenzará la 128° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria.
Con el sistema a implementar “sería duplicar la información cuando hay 135 frigoríficos cerrados en Argentina, más de 10 mil trabajadores de la carne en la calle y desaparecieron 16 mil productores ganaderos”, protestó Etchevehere. Y añadió: “Fue totalmente inconsulto; lo sacaron ayer (por el lunes) y no tuvieron ningún tipo de reuniones con los productores, así que vaya uno a saber quién va a terminar con ese negocio”.
Por su parte, en diálogo con Radio Mitre, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, también criticó la medida: “Suena raro ponerle un chip a cada vaca y más raro es que lo haga la Afip”, se quejó Buzzi, y estimó que esta iniciativa “tiene claramente un sentido fiscalista y nada más”. Cuestionó, además, que será un costo adicional que recaerá sobre los productores.