Por ambiente y eficiente
El manejo por ambientes muchas veces no requiere alta tecnología, basta con saber qué potencial tiene el lote y manejarlo según esa expectativa. Especialmente en ganadería se trata todo "igual" con resultados muy dispares
El suelo es un recurso que permite manejar parte de la diferencia de productividad entre lotes y recursos forrajeros. El ingeniero y especialista en suelos pampeano Alberto Quiroga resalta la importancia de conocer “lote por lote” el suelo con el que se cuenta ya que si el mismo está limitado lo más probable es que la productividad sea escasa pero es necesario saber que el manejo lo puede mejorar como empeorar.
Que el agua sea útil depende de nosotros
Quiroga destacó que es muy normal “no tener en cuenta el tipo de suelo y querer hacer lo mismo en lotes muy distintos”, por ejemplo, dos lotes con distinta profundidad efectiva cuentan con una capacidad de almacenaje muy disímil y mientras uno puede cargar 180mm el otro sólo soporta 60mm de agua en capacidad de campo; de esta manera, para el primer lote se podría recomendar un maíz mientras que en el segundo un sorgo probablemente se comportará mejor.
La textura también es un factor de enorme importancia. Suelos arenosos pueden almacenar una gran cantidad de agua en una mayor profundidad, por ejemplo 180mm en 3m, por lo que sembrar un cultivo que no explore todo el perfil (como un maíz precoz) implica desaprovechar milímetros que están disponibles.
El aporte de la napa en bajos dulces es de suma importancia para pasturas perennes ya que 20cm de napa equivalen a 80mm de agua útil los cuales serían desaprovechados si se implantara un cultivo anual.
Asimismo el especialista destacó que si no hay recursos disponibles para un cultivo es evidente que no los habrá para dos, en clara alusión a las pasturas consociadas en ambientes limitados.
Proteger los suelos
La porosidad es consecuencia de la textura, contenido de materia orgánica, actividad biológica y del clima. Los macroporos son los responsables del ingreso del agua al perfil mientras que los mesoporos son los que se encargan de retenerla para las plantas, en tanto que lo microporos contienen agua no disponible para los vegetales.
La capacidad de almacenaje hídrico del suelo es fundamental ya que puede determinar el éxito de un recurso forrajero. Quiroga explicó la situación que se viene dando en muchos feedlots, en los cuales la producción continua de cultivos para silo deja lotes desnudos sin protección alguna de la acción devastadora de la lluvia sobre la estructura del suelo. En estos sistemas intensificados se está produciendo una preocupante pérdida de macroporos, responsables del ingreso de agua al perfil, lo que hace que se pierda por escurrimiento o evaporación y deje de estar disponible para verdeos y pasturas.
Una buena herramienta para atenuar este problema son los cultivos de cobertura, no como alimento ni reserva, solamente para recuperar macroporos y seguir haciendo silos.
Según Quiroga el suelo no cambió, sigue siendo el mismo sólo que el agua no ingresa. Esto se da cuando se genera dispersión en las partículas del suelo y el limo “tapa” los macroporos.
La capacidad de almacenaje de los suelos influye fuertemente en el rendimiento de los forrajes. El especialista precisó que si para un verdeo de 5000-6000kg MS se necesitan entre 250-300mm si el suelo cuenta con 120mm almacenados la probabilidad éxito es de un 70% mientras que si no cuenta con esa carga hídrica (como puede suceder luego de un cultivo anual) la probabilidad de lograr esos kilos desciende a un 20%.
Lo barato sale caro
Aunque nuestros lotes rindan diferente hay que tener en cuenta el aporte que realiza la fertilización al rendimiento es muy importante ya que lo puede duplicar. Por esta razón Quiroga aconseja contabilizar los costos de los verdeos en $/kg MS y no en $/ha, “hacer 100 ha de un verdeo muy bueno en lugar que 200 de uno regular o malo” precisa el ingeniero aclarando además que esas 100 ha que no se siembran pueden ser cultivadas con otro recurso e implica un ahorro implícito de agua.
Aunque la fertilización implique un costo adicional provoca un aumento exponencial en la eficiencia del uso de los recursos mejorando también la eficiencia del uso del agua al producir más kilos de forraje con la misma disponibilidad hídrica. Ademas la mejor nutrición produce un verdeo de mejor calidad que significará más kilos de carne producida por la mejor conversión del alimento.
Más nitrógeno para la alfalfa
La materia orgánica es fundamental como proveedora de nitrógeno y hay que tenerla en cuenta ya que la alfalfa no suele fijar todo el nitrógeno que necesita y el suelo debe complementar entregando estos nutrientes.
Es muy común creer que el nitrógeno no es un nutriente limitante para la alfalfa, el especialista explicó que este elemento puede ser escaso para las leguminosas aun cuando estén bien inoculadas. Esta situación se ilustra mejor con un ejemplo, una potencialidad de 50kg MS/día de un lote significan 2 kg N de requerimiento, un lote limitado en materia orgánica puede ofrecer no más de 0,3 kg de N mientras que por fijación biológica las plantas pueden acceder a un kilo adicional. Esto indica que existe un déficit de 0,7 kg N/ha día, el cual, según Quiroga, debe ser suplementado con fertilización mineral.