Cuadro. De acero o de aluminio. Cada uno tiene sus pros y sus contras. El acero es más pesado, pero más fácil de reparar. El aluminio es más liviano, pero cuesta más soldarlo si se llega a romper.
Cambios. La marca más usada es Shimano. Lo ideal es una combinación que de 27 velocidades y así la bici estará preparada para distintos tipos de terrenos.
El manubrio. Hay tres tipos: el simple, de barra horizontal (el más barato y fácil de conseguir, sólo apto para viajes largos si se le agreguen cuerno en los extremos), el tipo mariposa (es más aparatoso pero tiene múltiples posiciones) y el de carretera (curvado hacia la bici, es bueno para la velocidad en ruta, no así para otras pendientes.
Frenos. Los V-Brake tradicionales son preferibles a los de disco. Simples, fáciles de mantener y reparar, infalibles para viajes largos.
Asiento. Va en gustos. Puede ser ancho y acolchado con resortes o angosto y duro. De cuero o silicona. Un clásico de los viajeros es el modelo Brooks inglés, fabricado a mano en cuero de alta calidad.
Ruedas. El tamaño más común es de 26", que se consigue en todas partes y es fácil de trasnportar. Otros usan el de 28". El primero es mejor para distintas pendientes y el segundo, para largas distancias en la ruta. El mejor modelo es Marathon XR, de la marca Schwalbe.
Ropa. Pantalón con cierre desmontable de tela liviana, short de baño, calzas de ciclista, remeras de algodón o tela drifit, rompevientos, campera, buzos de micropolar, pañuelo para el cuello, gorra con vicera, orejeras, zapatillas de trekking. Y obviamente, buenos anteojos (de los que cubren a los costados), y casco.
Otros. Velocímetro con altímetro y termómetro, GPS, laptop, espejo retrovisor, punteras para pedales, cortaplumas, cocina, carpa, bolsa de dormir y aislante. Protector solar y repelente. Soga y broches para colgar ropa.