El gigante agroexportador Monsanto espera que la producción de maíz 2012/13 de Argentina trepe un 40 por ciento gracias a los altos precios del grano, a un nuevo cronograma de siembra para limitar daños por sequía y al apoyo estatal a la biotecnología, dijo un ejecutivo de la firma.
El país sudamericano es el segundo mayor exportador mundial de maíz después de Estados Unidos, donde una grave sequía encendió temores a una escasa oferta del grano e impulsó los precios del cereal en las últimas semanas.
Con vastos campos aún sin explotar por los productores de maíz, está previsto que Argentina ayude a compensar la reducción de la cosecha de Estados Unidos.
Esta es una de las razones por las que Pablo Vaquero, un vicepresidente de Monsanto para el sur de América Latina, espera que la producción de maíz argentino 2012/13 -cuya siembra comenzará este mes- se dispare a unos 30 millones de toneladas.
La compañía originalmente pronosticaba una caída en el área destinada al maíz en Argentina. Pero teniendo en cuenta la escalada de los precios globales, Vaquero dijo que ahora prevé una superficie de hasta 5 millones de hectáreas, frente a los entre 4,5 y 4,7 millones del ciclo 2011/12.
El área dedicada al maíz se expandirá hasta superar los 6 millones de hectáreas en los próximos cinco años, anticipó.
A partir de la temporada 12/13, los agricultores comenzarán a sembrar el maíz en fechas más tardías para limitar los daños ante posibles sequías en el verano austral, como la que azotó al cultivo 2011/12 en una etapa clave de su desarrollo.
"Este cambio en el calendario de siembra les está dando a los productores una mayor previsibilidad en los rendimientos. Los pronósticos climáticos también son mejores que la campaña pasada. Así que el 2012/13 vemos un potencial de producción de maíz de 30 millones de toneladas", dijo Vaquero en una entrevista telefónica.
Aún no hay estimaciones oficiales para la cosecha argentina de maíz 2012/13, mientras que según el Ministerio de Agricultura local la producción del ciclo previo será de 21 millones de toneladas, por debajo del récord de 23 millones registrado en la temporada 2010/11.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos calcula que la cosecha del cereal argentino será de 25 millones de toneladas en la campaña 12/13.
Monsanto -la mayor compañía semillera del mundo y una pionera en el desarrollo de maíz y soja modificados genéticamente- está construyendo una planta procesadora de maíz en la provincia de Córdoba, que requirió una inversión de 100 millones de dólares y que comenzaría a operar en el 2014.
El desembolso muestra que Argentina sigue siendo interesante para los inversores, pese a la dura disputa que mantienen desde hace años los agricultores con la presidenta Cristina Fernández.
Los productores acusan a la mandataria de perjudicar la rentabilidad del sector con sus políticas intervencionistas, que incluyen restricciones a la compra de dólares, límites a las exportaciones de maíz y trigo -para asegurar el abastecimiento doméstico- y un impuesto del 35 por ciento a la venta externa de soja.
No obstante, Vaquero halagó el apoyo de Fernández a los transgénicos, que permitirán a los chacareros expandirse a provincias norteñas -como Salta y Tucumán- que están fuera del área agrícola más tradicional.
Esta semana, el Gobierno aprobó el uso de una nueva variedad de maíz modificado genéticamente, desarrollado por Dow AgroSciences y Monsanto.
"Vemos políticas muy claras del Gobierno argentino respecto de la biotecnología y políticas muy claras para proteger la propiedad intelectual", afirmó Vaquero.
"Estos dos ingredientes, sumados al aumento previsto en la producción, son los principales factores que explican por qué Monsanto planea seguir invirtiendo con fuerza en Argentina", añadió.
Sus comentarios sugieren que la empresa ha dejado atrás una larga batalla legal con Argentina por regalías sobre la variedad de soja Roundup Ready 2, que nunca fue patentada en el país pero se volvió omnipresente en sus campos.
Nueva Política
El Gobierno de Fernández reemplazó este año un cuestionado sistema de liberación a cuentagotas de exportaciones de maíz y trigo, por un esquema que implica la liberación del total exportable antes del inicio de cada campaña.
La nueva política apunta a impulsar la competencia entre los compradores de granos en el mercado local para mejorar los precios que reciben los productores por su mercadería.
En julio, Argentina autorizó la exportación de 15 millones de toneladas de maíz 2012/13.
"Esa fue una movida muy inteligente del Gobierno, en función de promover la siembra de maíz", señaló Vaquero. "Los productores necesitan previsibilidad para la venta de su maíz. El anuncio de 15 millones para exportar les dio esa previsibilidad", añadió el vicepresidente.