7 Jun 2013
El cuadro adjunto muestra la proyección de resultados para la zona norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe, sobre la base de los precios proyectados a cosecha 2014 para trigo y granos gruesos. Se presentan las cifras para los cultivos realizados por administración en campo propio, y bajo la forma de arrendamiento en campos de terceros.
Las proyecciones del cuadro adjunto para siembras en campo propio muestran a la soja de 1ª con el resultado proyectado más alto. Además, es el único cultivo que no muestra quebranto en el rinde bajo del rango. El maíz, en el rinde alto, muestra un resultado neto bastante inferior al de la soja de 1ª. Cabe mencionar que la inversión por hectárea en costos directos que requiere el maíz, sin incluir el costo de cosecha ni los gastos fijos o de estructura, es 200 u$s/ha mayor que la inversión requerida en soja, y equivale a un 73% más. Esto se debe al mayor costo de la semilla y a la mayor cantidad de fertilizantes que necesita el maíz. En un contexto de restricción financiera por aumento de costos y resultados regulares, se hace cuesta arriba la inversión en maíz.
En cuanto a la secuencia trigo-soja 2ª, si en ambos cultivos se mira el rinde alto del rango, los resultados sumados son similares a los del maíz, y en el rinde bajo, el quebranto es más pronunciado.
En campo arrendado, con un precio de arriendo de 16 qq/ha de soja, la soja de 1ª escapa del quebranto en el rango alto de rindes. En maíz, para un precio de arriendo más bajo, de 15 qq/ha de soja, no se sale del quebranto con un rinde de 90 qq/ha. El rinde de indiferencia para cubrir costos totales es de 91 qq/ha. Para la secuencia trigo-soja 2ª, el quebranto es más acentuado que en maíz.
En trigo, a pesar de que el precio disponible es alto, la proyección a cosecha muestra resultados exiguos en campo propio, que dependen de rindes elevados. Si el mercado sigue intervenido, y no se liberan las exportaciones, al menos para la nueva cosecha, es previsible que el área no aumente, o lo haga marginalmente, recuperando parte del área que perdió con la cebada. El maíz, sufre las mismas restricciones que el trigo en el aspecto comercial.
El mercado de arrendamientos está muy frenado, ya que hay planteos de pagar menos quintales fijos por adelantado, y el resto a cosecha, o bien poner un piso de rinde a partir del cual, mediante una escala, el arrendador recibe parte del mayor rinde. De esta forma se comparten más los riesgos y se inmoviliza menos capital.
Con costos en alza y con mercados intervenidos se multiplican los interrogantes para el trigo y el maíz, que son muy necesarios en la rotación con soja para mantener una agricultura sustentable.
Las proyecciones del cuadro adjunto para siembras en campo propio muestran a la soja de 1ª con el resultado proyectado más alto. Además, es el único cultivo que no muestra quebranto en el rinde bajo del rango. El maíz, en el rinde alto, muestra un resultado neto bastante inferior al de la soja de 1ª. Cabe mencionar que la inversión por hectárea en costos directos que requiere el maíz, sin incluir el costo de cosecha ni los gastos fijos o de estructura, es 200 u$s/ha mayor que la inversión requerida en soja, y equivale a un 73% más. Esto se debe al mayor costo de la semilla y a la mayor cantidad de fertilizantes que necesita el maíz. En un contexto de restricción financiera por aumento de costos y resultados regulares, se hace cuesta arriba la inversión en maíz.
En cuanto a la secuencia trigo-soja 2ª, si en ambos cultivos se mira el rinde alto del rango, los resultados sumados son similares a los del maíz, y en el rinde bajo, el quebranto es más pronunciado.
En campo arrendado, con un precio de arriendo de 16 qq/ha de soja, la soja de 1ª escapa del quebranto en el rango alto de rindes. En maíz, para un precio de arriendo más bajo, de 15 qq/ha de soja, no se sale del quebranto con un rinde de 90 qq/ha. El rinde de indiferencia para cubrir costos totales es de 91 qq/ha. Para la secuencia trigo-soja 2ª, el quebranto es más acentuado que en maíz.
En trigo, a pesar de que el precio disponible es alto, la proyección a cosecha muestra resultados exiguos en campo propio, que dependen de rindes elevados. Si el mercado sigue intervenido, y no se liberan las exportaciones, al menos para la nueva cosecha, es previsible que el área no aumente, o lo haga marginalmente, recuperando parte del área que perdió con la cebada. El maíz, sufre las mismas restricciones que el trigo en el aspecto comercial.
El mercado de arrendamientos está muy frenado, ya que hay planteos de pagar menos quintales fijos por adelantado, y el resto a cosecha, o bien poner un piso de rinde a partir del cual, mediante una escala, el arrendador recibe parte del mayor rinde. De esta forma se comparten más los riesgos y se inmoviliza menos capital.
Con costos en alza y con mercados intervenidos se multiplican los interrogantes para el trigo y el maíz, que son muy necesarios en la rotación con soja para mantener una agricultura sustentable.
Ambito Financiero