Además del precio que cobran por la leche, los productores tamberos también tienen como dilema la baja participación que tienen en el valor de salida de la industria láctea.
El ejemplo más claro es la diferencia que hay en Uruguay, donde el productor participó con 74 por ciento promedio (durante los primeros siete meses de este año), mientras el productor argentino sólo lo hizo con 55 por ciento, según los cálculos realizados por Néstor Roulet, productor lechero y expresidente de Cartez.
Si el productor argentino tuviera la misma participación que su par uruguayo en la salida de industria, hoy estaría cobrando 2,08 pesos por litro, ejemplificó. Actualmente recibe un promedio de 1,50 peso.
Si el análisis se extiende a la participación del productor en el precio final del litro de leche al consumidor, en los primeros seis meses del año llegó al 29,8 por ciento, mientras que los supermercados se apropiaron del 30,9 por ciento, de acuerdo con los números de Roulet.
El fisco también se queda con parte del precio final que paga el consumidor.
Sobre el valor en góndola, el Estado se queda con prácticamente un 15 por ciento. Según Roulet, en los primeros ocho meses del año, el dinero recaudado por el Estado sólo por la venta de lácteos fue de 5.817 millones de pesos.