Las lluvias registradas durante los días previos al presente informe continúan acumulando excesos sobre extensas áreas de la región bonaerense. Si bien aún es prematuro cuantificar pérdidas de superficie, podemos señalar que el mayor impacto de las inundaciones se ubica sobre el Centro de Buenos Aires, en donde el área implantada es, en términos relativos, significativamente inferior al resto de las regiones involucradas en la provincia.
Pese a ello, gran parte de la periferia a esta región más comprometida, como así también amplios sectores del oeste bonaerense, también informaron pérdidas totales o parciales de lotes bajos debido a la saturación de sus suelos. Mismas razones provocan el amarillamiento o manchoneo en cuadros que aún se mantienen en pie y que en la mayoría de los casos se encuentran macollando.
No obstante, a la fecha hay amplias áreas en toda la provincia que aún mantienen favorables condiciones para el crecimiento y desarrollo del cultivo, como así también un muy buen estado sanitario.
Hacia el norte, sobre la franja central del área agrícola se relevaron retrasos en el desarrollo de los cuadros como consecuencia a las bajas temperaturas invernales. A pesar de ello y salvo en sectores del Ctro-Norte de Córdoba, la humedad de los suelos se recuperó a tiempo, mejorando la condición de los cuadros que actualmente transitan la etapa crítica de encañazón. Sobre el extremo norte de Santa Fe y de forma generalizada sobre la región NEA, las lluv ias de agosto lograron rev ertir significativ amente el déficit hídrico inicial y en consecuencia las perspectivas a cosecha. Por fortuna, las perspectiv as climáticas para los próximos días prevén lluvias escasas sobre el extremo sur de la región.
