El oficialismo aprobó ayer en el Senado y convirtió en ley el presupuesto 2016 con 39 votos a favor y 28 votos en contra, en un debate donde no faltaron referencias al futuro cambio de gobierno y a la incertidumbre del escenario electoral tras los resultados del último domingo.
Además del presupuesto, también se aprobó, con 38 votos a favor y 29 en contra, la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2017 para la ley de emergencia económica, vigente desde 2002, que faculta al jefe de Gabinete a reasignar partidas presupuestarias. Con los mismos números se convirtió en ley la prórroga por el mismo período para los impuestos al cheque y a los cigarrillos.
El oficialismo tuvo pocos oradores durante la sesión, en la que se escucharon mayoritariamente a los opositores que coincidieron en señalar que el próximo gobierno tendrá que revisar el presupuesto.
“No estamos votando un presupuesto para un candidato, yo tengo confianza de que vamos a ganar las elecciones y que este presupuesto lo va a usar Daniel Scioli, pero estamos votando un presupuesto para el país”, sostuvo el jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto.
En medio del convulsionado clima electoral, debido al balotaje que se avecina entre Scioli y Mauricio Macri, el senador del Frente para la Victoria (FPV) sostuvo además que la prórroga a la ley de emergencia económica “le va a dar al gobierno que viene, cualquiera sea su signo político, una herramienta para la contingencia”.
Por su parte, el oficialista y presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Juan Manuel Abal Medina, defendió el presupuesto 2016 y sostuvo que “todos deberían acompañar” porque el “bienestar del pueblo es el objetivo principal”.
Abal Medina detalló, además, que el cálculo de gastos contempla “consistencia, desendeudamiento y progresividad tributaria”, que “el gasto total se ubica en torno a los 25 puntos del producto bruto” y que se prevé una “presión tributaria del 30%”.
Por su parte, la senadora radical Laura Montero cuestionó el presupuesto 2016 al señalar que las proyecciones “no se cumplen” y “la ejecución difiere del proyecto porque con los DNU se hacen cambios discrecionales y esa discrecionalidad es la que derriba los presupuestos”.
“El problema es la eficiencia del gasto social, los recursos no llegan a los destinatarios como tienen que llegar, por eso hay mucha más pobreza con un nivel de gasto alto”, evaluó Montero y agregó: “Es muy grave lo que se viene”.
A su turno, el senador Jaime Linares, de Progresistas, calificó como “inoportuno” el presupuesto y sostuvo que “quien se vaya a hacer cargo del país a partir del 10 de diciembre debería tener la posibilidad de plantear sus políticas en un nuevo presupuesto”.
El presupuesto prevé un crecimiento de la economía del 3%, un dólar a 10,60 pesos, inflación de 14,5% y un superávit comercial de 4.040 millones de dólares.