El especialista en Protección Vegetal, Pedro Leiva, aseguró en un estudio que para poder usar insecticidas poco tóxicos en las plantas hay que hacer inteligencia, ya que estadísticas internacionales demuestran que en la producción total potencial de alimentos, las plagas se llevan el 42% de lo ya producido, aún con el uso de fitosanitarios.
Dentro de los agroquímicos, los fertilizantes contribuyen a aumentar la producción y los plaguicidas a reducir las pérdidas que ocasionan tanto malezas, insectos como enfermedades.
Estadísticas internacionales demuestran que de la producción total potencial de alimentos, las plagas se llevan el 42% de lo ya producido, aún con el uso de fitosanitarios. Ante esta situación, Leiva consideró que "si dejáramos de usar plaguicidas se perdería un 28% adicional, es decir que la producción alcanzable sería de sólo un 30% de ese potencial".
"Queda claro entonces que, bajo los actuales conocimientos en agricultura, no puede prescindirse de los fitosanitarios. El riesgo por uso de plaguicidas es una ecuación que multiplica la toxicidad por la intensidad de uso", sostuvo. Los insecticidas disponibles en Argentina resultan entre 23 y 27 veces más tóxicos que herbicidas y funguicidas, respectivamente.
Estadísticas elaboradas por Leiva para la localidad bonaerense de Pergamino indican que la intensidad de uso de plaguicidas asciende a 3 millones de litros/kilo por año año, con un 89% de herbicidas, 9% de insecticidas y 2% de funguicidas.
"Cuantificando riesgos, los insecticidas multiplican el riesgo 2.3 veces respecto de herbicidas y 120 veces respecto de funguicidas", admitió