Uno de estos usos no muy aprovechado hasta el momento es lograr mejoras en la calidad del grano luego de ensayos y análisis de la información. La gran ventaja que ofrece el manejo por ambientes es, precisamente, poder analizar datos discriminados por sectores del lote dentro de los cuales el comportamiento del cultivo es claramente diferente a otros sectores, y homogéneo en dichos ambientes, no necesariamente aledaños. Es decir, que existen sectores de un lote, separados físicamente que presentan un mismo comportamiento del cultivo.
Más proteína
Lograr mejoras en el porcentaje de proteína en grano es algo importante a la hora de comercializarlo, existen muchos ensayos referidos al logro de este objetivo. Pero históricamente las pruebas se realizaban con valores promedios del lote y con dosis uniformes en diferentes ambientes, antes no discriminados. La tecnología de AP no estaba y era lógico hacerlo de esa manera.
Hoy las posibilidades son otras. Resulta muy sencillo y de bajo costo, definir ambientes dentro de un gran lote o campo, y en función de dichos ambientes tomar decisiones. Así las cosas, es posible también, una vez definidos los ambientes, fertilizar con diferentes dosis y en función de la dosis aplicada en cada sector, obtener granos de calidad diferente. No todos los ambientes son aptos para lograr estas mejoras, las diferentes variedades de trigo responden de una manera diferente en un mismo ambiente, ya sea rendimiento físico, como calidad de grano.
Un ensayo del INTA muestra la posibilidad de mejorar el porcentaje de proteína en el grano de trigo con 140 kg/ha de nitrógeno (versus 70 kg/ha) con la variedad Biointa 1006, pero a costa de no aumentar tanto los rendimientos. Esto es conocido, cuando el rendimiento no es alto, la mayor concentración de N genera un aumento del porcentaje de proteína en grano. La variedad Klein zorro mostró un comportamiento similar pero con un rendimiento promedio algo superior. Una de las conclusiones es que resulta necesario continuar con ensayos a efectos de ajustar la dosis óptima, tal vez superior a los 140 kg/ha mencionados, que permita alta producción en qq/ha de grano y con valores altos de proteína. Pero otra conclusión importante es que distintas variedades ensayadas, han mostrado un comportamiento diferente en la respuesta de rendimiento y porcentaje de proteína en uno de los años estudiado que ofreció mejores condiciones productivas.
Otro ensayo realizado en soja muestra también diferencias en los contenidos de aceite y proteína en grano según diferentes ambientes dentro de un lote trabajado con dosis uniformes.
Tecnología.
A partir de esta realidad conocida, es lógico pensar que luego de una adecuada ambientación, podemos planificar las diferentes dosis de semilla y fertilizantes según dichos ambientes y también en función de la variedad sembrada. Lo que resulta obligado, si se busca este objetivo, es montar en la cosechadora un sensor de calidad de granos que es aparte e independiente del correspondiente a rendimiento. Se genera, entonces, otro mapa de información georreferenciada para sumar o superponer y en función de tal suma tomar las decisiones correspondientes.
En busca de la mejora en la calidad de grano, de la mano de la mejora en la eficiencia que aporta el uso de las herramientas de Agricultura de Precisión, resulta muy prometedora la inversión en el equipamiento tecnológico que requieren las cosechadoras de grano. El plus aportado por la información confiable puede ser pagado por el productor (al contratista) con la certeza que a futuro el beneficio económico será para él. Esto ayuda a la toma de decisión por parte del propietario de la máquina, y cuando el contratista invierte en tecnología, el productor también se beneficia.
