Las petroleras deberán esperar hasta fines del mes que viene para poder realizar un nuevo ajuste en los precios de los combustibles. En agosto, después del último aumento que aplicó el sector y con la idea instalada de que no habría ballottage, el Gobierno decidió, a través de un acuerdo tácito con las empresas, frenar la suba que mensualmente venían fijando en las pizarras de las estaciones de servicio. La medida, de tinte proselitista, estuvo apuntada a contener algo de la inflación y no generar un efecto adverso en los votantes. Ahora, con un nuevo escenario por los números apretados que consiguieron el domingo el candidato por el oficialismo, Daniel Scioli, y el líder de Cambiemos, Mauricio Macri, el paréntesis se extenderá unas semanas más y las subas llegarán después del resultado del 22 de noviembre, según pudo saber El Cronista.
Pasada la segunda vuelta electoral los bolsillos de los automovilistas quizás sufran el mayor incremento del año, teniendo en cuenta que durante los dos meses de congelamiento de precios, el dólar siguió apreciándose. Entre septiembre y octubre el tipo de cambio oficial hoy en $ 9,55 según el cierre de ayer avanzó 2,5%. Y es que en la industria justifican los aumentos como manera de acompañar el alza de sus costos que están dolarizados aunque sus ingresos estén nominados en pesos. Ése, de hecho, fue otro acuerdo silencioso que a principios de 2015 alcanzaron las empresas con las autoridades nacionales, que dieron la venia para que desde febrero las petroleras, con la estatal YPF a la cabeza, ajustaran todos los meses los valores de las naftas y el gasoil al ritmo del movimiento del dólar.
De esta manera, durante el año el alza en los combustibles fue de casi 10%. El último se registró el 4 de agosto, con la séptima suba consecutiva, de 2,5% promedio (el ajuste más importante hasta el momento). La compañía que conduce Miguel Galuccio y el resto de las empresas (Shell, Axion, Petrobras, y Oil) negociaron en ese momento mover sus pizarras una vez pasadas las elecciones primarias (PASO). Con el último incremento, el litro de súper de YPF llegó a $ 12,45 y la marca Infinia (el combustible premium) a $ 14. El cronograma de aumentos fue el siguiente: el 12 de febrero se aplicó una suba del 0,8% en naftas y gasoil; el 11 de marzo el alza trepó al 0,9%; el 7 de abril, también 0,9% y el 12 de mayo, un 1,5%. El 12 de junio las empresas ajustaron un 1,5%, mientras que el 6 de julio aplicaron un aumento de 1,3%.
Si bien no marcan los precios, en las estaciones tienen la expectativa de un aumento post electoral. "Seguramente llegue a fines de noviembre, porque han tornado la cuestión de los precios en un tema político y piensan que si los mueven, tendrán una opinión negativa del electorado. Pero el miedo no es zonzo", comentó a este diario Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la Provincia de Buenos Aires. "De todas formas, hoy la Argentina tiene precios alineados con los de países limítrofes, con excepción de Uruguay, que allí están un poco más caros", destacó. Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) coincidió: "La sensación general en nuestro sector es que no se tocarán las pizarras hasta después de la definición electoral. Pero una vez pasados los comicios es lógico que se materialice una suba de acuerdo a la devaluación oficial y siendo consistentes con lo que pactaron las petroleras de retocar mensualmente según el dólar".