La helada registrada a finales de septiembre y las lluvias acumuladas de más de 120 milímetros en sólo una semana del mes pasado, fueron dos factores que prácticamente liquidaron el grano cultivado en la región.
Hasta la caída de la temperatura los productores de trigo celebran las excelentes condiciones de las plantas que mostraron potencial para un alto rendimiento y el índice de pH por encima de 78, el número requerido de mercado del comprador para la producción de harina de trigo.
"Todo fue transcurriendo según lo previsto por el agricultor, que estaba dispuesto a tomar la maquinaria para arar y remover un cultivo que tendría ganancias, dando un respiro por las malas cosechas de maíz y soja a principios de este año ", dijo el productor Carazinho rural, Valdir Ahlert. Según él, no hay otra alternativa para el hombre de campo, excepto para empezar de nuevo la inversión en cultivos para futuras cosechas. "No podemos bajar la cabeza y estar de luto. La única manera de buscar la recuperación es la plantación de los cultivos de verano ", dijo Ahlert. Está de acuerdo en que es frustrante estar viendo cultivos que se consumen por un proceso que forma parte de la naturaleza.
Los datos muestran que la vasta región de Passo Fundo se plantaron alrededor de 167 hectáreas de trigo. La productividad promedio de 600 kg por hectárea muestra hasta qué punto el clima, en el tramo final, interfirió en los cultivos radicalmente, poniendo en peligro la producción de cereales.
Otra dato que es sorprendente es que el PH fue en promedio general entre 65 y 73, índices que no permiten la comercialización de trigo para la industria de la harina.
Con la frustración con la cosecha, Brasil deberá aumentar la compra de harina de trigo a otros países productores como, por ejemplo, Argentina. Se estima que durante los próximos 12 meses, Brasil consumirá 11 millones de toneladas de granos, menos del 30% debería ser de producción nacional.
Para técnico de la Cooperativa de Agricultores de Chapada, Rafael Oppelt, con más del 98% de los cultivos ya cosechados da para afirmar que la cosecha ha terminado con números decepcionantes. "Tuvimos en la zona rendimientos de 10 a 65 bolsas por hectárea. Esta diferencia muestra cómo los cambios climáticos influyeron en la cosecha del cereal, "dice el técnico agrícola.
Según Oppelt un segundo problema y más grave, es que el grano se cosechó con un pH inferior a 78, lo que significa que el grano deberá apuntar a la industria alimentaria animal.