Esta semana –como si se tratase de una suerte de kirchnerismo residual– funcionarios de Agroindustria comenzaron a recibir quejas de otros integrantes del Gabinete Económico macrista por el bajo nivel de liquidación de agrodivisas (fundamentalmente de productos del complejo sojero).
La contrapartida de ese fenómeno son las enormes ineficiencias presentes en muchos sectores consumidores de divisas que, lejos de contribuir a solucionar el problema, lo exacerban.
Por ejemplo. En los primeros diez meses de 2015 –según los últimos datos oficiales disponibles– por cada 100 dólares generados por la agroindustria 18,9 fueron consumidos por la industria ensambladora de Tierra del Fuego (dedicada a generar electrodomésticos y equipos digitales). Se trata de una cifra de 3300 millones de dólares en enero-octubre de 2015.
La noticia es que el presidente Mauricio Macri decidió seguir protegiendo la renta extraordinariade los empresarios dedicados a ensamblar piezas importadas por medio de un nuevo régimen de Licencias No Automáticas.
La importación de partes para ensamblar en Tierra del Fuego, además de requerir mayor cantidad de divisas que las necesarias para importar productos terminados, generan sobrecostos que –sumados a la renta extraordinaria que tienen los ensambladores por el hecho de contar con un mercado cautivo– encarecen por demás los precios de tales artículos para el consumidor argentino (un Samsung LED 40 Full HD, que en el Falabella de Santiago de Chile está en 344 dólares, en el Falabella de Buenos Aires cuesta ¡1076 dólares!)
El colador de divisas de Tierra del Fuego es una de las principales razones que explican el hecho de que la Argentina es el único país de la región que registra un abultado déficit comercial con China (cuando la lógica es que ocurra exactamente lo inverso).
El régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego, además de consumir una cantidad desproporcionada de divisas, no permitió desarrollar un sector tecnológico propio. Implica además un costo fiscal enorme. Y genera ganancias extraordinarias para un grupo de pseudo-empresarios que venden productos ensamblados a precios exorbitantes.