El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por afectar principalmente la capacidad de movimiento y provoca, como síntomas fundamentales, lentitud (también llamada bradicinesia), rigidez muscular y temblor, además de otros trastornos que acompañan la evolución de la enfermedad. También es frecuente la aparición de trastornos posturales en el equilibrio y la marcha, disfonía (voz susurrante), alteraciones en la escritura (con trazos pequeños, micrografia) y la pérdida de la expresión facial.
Según precisó la Parkinson Society de Canadá, "la enfermedad de Parkinson aparece la mayoría de las veces entre los 45 y 70 años de edad y es la segunda enfermedad neurodegenerativa después de la enfermedad de Alzheimer".
La evolución de la enfermedad depende mucho de la rapidez de la puesta en ejecución de los tratamientos médicos. Y la mala noticia es que continúa poco a poco agravándose.
EL MAL DE PARKINSON ES UNA ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA QUE SE CARACTERIZA POR AFECTAR PRINCIPALMENTE LA CAPACIDAD DE MOVIMIENTO
La National Parkinson Foundation definió a la enfermedad como "un trastorno del cerebro". El movimiento corporal es controlado por la dopamina, un químico que transmite señales entre los nervios en el cerebro. Cuando las células que producen dopamina mueren o se dañan, los síntomas del Parkinson aparecen.
La entidad enumeró que la pérdida de dopamina puede causar una variedad de síntomas motores como: estremecimiento (temblores), rigidez muscular (agarrotamiento), lentitud del movimiento, alteración del equilibrio. Además de otros síntomas que también se pueden presentar, tales como disminución del tamaño de la escritura, habla suave, postura encorvada, reducción de la expresión facial, arrastrar los pies al caminar, dolor muscular.
Hasta allí los síntomas motores. Pero el mal de Parkinson puede presentarse además con estreñimiento, trastornos del sueño, dificultades para controlar la vejiga, mareos al ponerse de pie, fatiga, depresión, tristeza, falta de energía o pérdida de interés en las actividades, cambios en la capacidad de pensar.
Opciones de tratamiento
Los tratamientos apuntan a reducir los síntomas motores
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Sobre la base de que no existe una cura para el Parkinson, la ciencia avanzó en el desarrollo de drogas que apuntan a tratar muchos de los síntomas motores.
Estos medicamentos reemplazan la pérdida de dopamina o imitan la acción de la dopamina en el cerebro y si bien pueden aliviar los síntomas, no detienen la evolución del Parkinson.
En la medida en que cambian los síntomas, los medicamentos deberán ser ajustados y bien podrá recurrirse a otras drogas con el fin de abordar los síntomas no motores.
LOS MEDICAMENTOS REEMPLAZAN LA PÉRDIDA DE DOPAMINA O IMITAN LA ACCIÓN DE LA DOPAMINA EN EL CEREBRO
Alternativas como la fisioterapia y actividades como el yoga y el tai chi pueden mejorar la flexibilidad de una persona, reducir la rigidez y aliviar el estrés. Es que mantenerse lo más activo posible y mantener una actitud positiva es importante en estos casos, como en casi todos los problemas de salud.
En ese sentido, muchas personas encuentran que una actividad creativa, como pintar, cantar, tocar un instrumento, bailar o escribir poesía, ayuda.
