La Mesa de Enlace denunció ayer que en las provincias del Noroeste (NOA) nadie ganará dinero con la soja o el maíz en la campaña 2014/15 y reclamó que el Gobierno reduzca la presión fiscal sobre el sector para evitar el quebranto generalizado de los productores. A la par, el bloque agropecuario advirtió que el eventual intento de confiscar los granos almacenados por los chacareros desencadenará de inmediato en una nueva protesta del sector.
La sede de CRA albergó ayer a dirigentes rurales llegados desde Salta, Tucumán y Santiago del Estero, tres provincias donde el área agrícola creció aceleradamente en la última década, mientras duraban los altos precios internacionales. Pero ahora, con el bajón de la soja, no cierran los números y se teme que muchos campos “queden sin sembrar”. El impacto de los fletes resulta determinante. “De 800 o 900 pesos que vale el maíz, 530 pesos se los lleva el flete a Rosario”, explicó Rubén Ferrero, presidente de la entidad anfitriona.
“Cualquier productor que esté a más de 200 kilómetros de la zona núcleo está trabajando a pérdida, en todos los cultivos”, enfatizó Luis Miguel Etchevehere, de la Rural. Las cuentas presentadas por los dirigentes norteños afirman que para cubrir sus costos, un productor debería cosechar 2.500 kilos de soja por hectárea si es dueño de la tierra o 2.900 kilos si es arrendatario. Así, resulta imposible tener rentabilidad, pues en los mejores lotes de la región, el rendimiento promedio es de 2.400 kilos. Para el maíz -un cultivo clave para cuidar el ecosistema- todo resulta peor.
En un petitorio elevado sin suerte a los gobiernos provinciales, la Comisión Agropecuaria del NOA reclamaba que se impulse “la eliminación total de las retenciones para nuestra región”, de modo de devolver rentabilidad a la actividad Además pidió que se promuevan “medidas que disminuyan el costo de los fletes”. El tucumano Sebastián Robles Terán recordó que hubo una serie de análisis para subsidiar el alto costo del transporte de la cosecha por camión. “Desde la pelea por la 125 nunca pudimos avanzar”, se lamentó.
Para describir la agobiante presión impositiva que pesa sobre el agro, Etchevehere recurrió a sus muletillas y habló de una “década depredada” por un “gobierno parásito”. Ferrero, por su parte, criticó el elevado gasto público, especialmente en propaganda. Ambos fueron contundentes cuando se les preguntó qué sucedería si el Ejecutivo decide aplicar la Ley de Abastecimiento para apoderarse de la soja almacenada en el campo.
“Sería el disparador de una protesta a nivel nacional”, advirtieron.
Matías Longoni