La siembra directa y el esquema descentralizado de agronegocios argentino, donde el dueño de las máquina se especializa y presta servicios, el dueño del campo lo alquila y se dedica a otra cosa, etc., comenzó a dar los primeros pasos en Kenia, Africa, de la mano de una ONG creada por la empresaria Raquel Sastre, de Amerika 2001, fabricante del aceite de canola Krol.
Hace unos 4 años, Sastre dio una conferencia en España sobre los agronegocios en la Argentina e interesó al director de la Escuela de Negocios de Strathmore, una universidad privada muy antigua de Kenia.
El país subsahariano tiene una población similar a la Argentina, 43,18 millones de habitantes, con una superficie de 582.650 kilómetros cuadrados. Dentro de su región, es el país con más estabilidad institucional, la tribu de los kikuyu ya viene gobernando desde hace mucho tiempo, y hay un claro progreso económico. En materia agrícola, produce sobre todo trigo; la soja transgénica no está aprobada todavía.
Sastre continúa su relato: Ese hombre nos invitó y fuimos tres argentinos, un economista, un ingeniero industrial y yo. Primero dimos una conferencia y al año siguiente, un seminario. Fue un éxito, porque el productor pequeño y mediano de siembra directa nunca había oído hablar. El grande, sí, añadió.
Kenia tiene una estructura donde la tierra pertenece a descendientes de ingleses, blancos, que tienen grandes extensiones. Otra gran parte está en manos del Gobierno y de empresas estatales, como la productora de semillas. Todo eso es para más de 1.000 hectáreas. Después hay pequeños productores, con 50 hectáreas, y muchísimo minifundistas con una agricultura de subsistencia.
Pensamos que a los pequeños productores el modelo de organización argentino, más las técnicas de preservación del suelo, como es la siembra directa, los podía favorecer, dice Sastre. En 2013 dijimos: armemos una organización sin fines de lucro y llevémoslo a la práctica. Nos pasamos un año buscando gente de allá con la que nos asociamos, la universidad nos dio apoyo. Pero no conseguíamos tierra para alquilar, finalmente se nos ocurrió importar una máquina de siembra directa y alquilar la máquina a otros en lugar de alquilar la tierra nosotros, explicó Sastre.
La máquina le interesó a una universidad pública, Egerton, que está en la ciudad de Njoro. Tiene campos propios y les interesó un acuerdo de cooperación, y finalmente conseguimos también algo de tierra. A partir de ahí hicimos acuerdos con empresas como Monsanto, Bayer, que nos dan la mejor tecnología, para que vean la productividad, porque muchas veces no ponen fertilizante porque les parece caro y no se dan cuenta que obtienen mucho más por hectárea y además mantienen el valor de la tierra, indicó.
Los cultivos ya empezaron. La ONG se constituyó en febrero de 2013 y en enero de 2014 se firmó el acuerdo con un ingeniero agrónomo local y otra persona de administración. La idea es que viaje un técnico argentino con la máquina de siembra directa que está por llegar, para que forme a 10 ó 15 personas en su uso y luego seleccionar un operador, para que toda vez que una persona quiera la máquina, vaya con ella.