El "apriete" es un ejercicio que Moreno viene realizando indiscriminadamente desde que llegó a la Secretaría de Comercio con cuanta empresa se le ponga enfrente, sea esta grande o chica, sea una cerealera multinacional o una verdulería que opera en el Mercado Central. Y como se sabe, una de las formas que tiene el "apriete" de Moreno es el pedido de "cabezas". En estos años ya han rodado unas cuantas de las empresas que han cedido a la presión mientras que otras han protegido a los caídos en desgracia ocultándolos prolijamente del radar del funcionario. De existir en el libro de los récords de Guiness la categoría Pedidos Para Echar Ejecutivos no hay dudas que Guillermo Moreno tendría el registro mundial más alto.
Ahora le tocó el turno a Carlos Garetto, presidente de Coninagro. El "encargo" lo recibió Daniel Biga, presidente de ACA en una reunión que fue pautada al término del acto en Casa Rosada en que se anunció el fondo fiduciario para estimular la siembra del trigo. "Se mandan mudar de Coninagro y me lo hacés echar a Garetto. Basta de jugar a dos puntas", le ordenó a Biga.
Como no se trataba de un diálogo sino de una orden, de nada sirvieron los razonamientos para explicar que ACA no realiza actividad gremial agropecuaria alguna y que su objeto es la gestión comercial de la producción y la provisión de insumos y servicios de logística y financieros a sus 156 cooperativas asociadas. Tampoco les sirvió la síntesis de las actividades del movimiento: dos actividades, la comercial y la gremial, que corren por carriles independientes.
Evidentemente no había espacio para escuchar los planteos cooperativistas. Lo que es paradójico, ya que Moreno llegó a trabajar como formulador de proyectos para la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), una federación que sirve para reunir, representar y servir a las cooperativas de todo el mundo. El hoy secretario utilizó las oficinas de la Fundación Cooperar.
La carambola a tres bandas que quiere meter Moreno primeros lograr el alejamiento de ACA de Coninagro y como consecuencia de este movimiento caería la presidencia de Carlos Garetto por no tener ya base de representación. Vale recordar que Garetto fue presidente de la Cooperativa Agrícola de Leones y proviene del riñón de ACA. El tercer movimiento que se daría en esta carambola, y seguramente el objetivo principal de Moreno y causa de las anteriores demoliciones, es dejar sin la pata de Coninagro a la Mesa de Enlace. ¿Creerá que hay que debilitarla porque puede convertirse en una amenaza electoral al federalizar el descontento del interior?
Prueba que esta vez el "apriete" viene a fondo, fue que a la agenda fijada de esta semana de ACA y Coninagro se la tiró por la ventana para cambiarla por reuniones de urgencia de los concejos de administración y los comités ejecutivos.
Se discutió cómo salir de la encrucijada en que los metió Moreno y los costos de la decisión a tomar. Si resisten la embestida del Gobierno descartan que sufrirán restricciones y pérdidas de negocios de exportación. Están en juego algo más de las 14,5 millones de toneladas de granos que se comercializaron en la última campaña y la responsabilidad de brindar empleo a 2700 personas en forma directa e indirecta.
En cambio, si ACA hociquea no descartan que también pagarán costos internos. ¿Cómo reaccionarán comercialmente los productores y las cooperativas de primer grado ante la defección de ACA?
Además los corroe la certeza de que después de ceder ante Moreno, la película no se acaba. ¿Qué garantías tienen que no se presentarán nuevos pedidos y exigencias? "Es un momento muy delicado. Según cómo se salga podemos terminar con destrucción total o con un bollito en el guardabarro", reflexionaba un funcionario jerárquico de la cooperativa.
Como paraguas defensivo ante las presiones del Gobierno, desde el presidente Daniel Biga para abajo, dicen que no habrá decisiones en los próximos 15 días. Si el comité ejecutivo de ACA decidiera el alejamiento de la entidad gremial tendría que obligatoriamente refrendarse en una Asamblea Extraordinaria.
En definitiva, son los productores los que deciden. Definirán cuál es el límite y quién es el decide los destinos de la cooperativa. Con el actual manejo de la economía, estos límites están demasiado borrosos. Se le atribuye a Pascual Mastellone, presidente de La Serenísima, esta máxima del sentido común, "si a la larga estás imposibilitado de poner el precio de tus productos el dueño de la empresa no sos vos sino el que las termina fijando".
En Coninagro se viven días de mucho pesar. No dudan en definirlos como "trascendentales para el cooperativismo". De inmediato Garetto recibió el apoyo de las 14 federaciones que componen la entidad. La Mesa de Enlace tampoco se quedó atrás en manifestar su apoyo.
Hasta ahora, el resultado de la presión fue convertir a la entidad gremial más dialoguista con el Gobierno, que pagó un alto costo entre los productores cuando recibió a la presidenta Cristina Kirchner semanas antes de las últimas elecciones, en un bastión de la resistencia.
Son los milagros que brinda el kirchnerismo.