Los referentes del empresariado argentinopiensan más en acercarles propuestas a los posibles candidatos presidenciales que en sostener los debates con el kirchnerismo. Y tienen un pedido casi unánime: quieren que los "dejen hacer", que el Estado no interfiera.
Varios de los principales hombres de negocios del país se reunieron ayer en la sede de la Universidad Católica Argentina (UCA), en Puerto Madero. Fueron convocados por el Foro de Convergencia Empresarial (FCE), que nació a fines del año pasado con seis entidades; hoy son 60 y tienen una mirada crítica sobre la gestión de Cristina Kirchner.
En otros términos, los empresarios empezaron a cerrar la discusión con el Gobierno para concentrar energías en el diálogo con los eventuales sucesores. Casi todos estaban en primera fila: Sergio Massa (Frente Renovador), Mauricio Macri (Pro), Hermes Binner (FAP), Ernesto Sanz y Julio Cobos (UCR). Faltó Daniel Scioli, acaso para evitar un foro claramente crítico del Gobierno.
"Estamos seguros de que va a haber un cambio en el próximo gobierno, incluso si triunfa el oficialismo. En el Congreso no va a haber grandes mayorías, y eso va a aumentar el debate", vaticinó Miguel Blanco.
Aunque cada uno tiene sus propias preferencias políticas, como ellos mismos reconocen, los empresarios parecen estar de acuerdo al menos en un punto: para que en el futuro haya más trabajo y empleo, hay que hacer casi todo lo contrario de lo que hizo el kirchnerismo.
"Consideramos central fortalecer las instituciones. La Argentina necesita volver a tener las instituciones que garantiza la Constitución. La división de poderes va a ser posible con una Justicia independiente y un Congreso que debata, en un sistema de absoluta libertad de prensa y en el que los medios independientes del poder tengan toda la fortaleza para actuar", reclamó Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Frente a él, en primera fila, lo escuchaba Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, uno de los 700 asistentes al encuentro que contabilizó la organización.
Campos siguió con su reclamo: "La Constitución Nacional reserva un ámbito propio para lo privado. Lo peor que puede pasar es que la discrecionalidad del poder se introduzca en ese ámbito", sostuvo, en referencia al Gobierno, aunque no lo mencionó. Varios de los oradores pidieron o pronosticaron una menor intervención estatal en el futuro.
Luis Betnaza, director del grupo Techint y uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), anticipó que, según su mirada, "en el próximo gobierno no va a haber un debate por aumentar el mercado o el Estado, sino que se va a tratar de liberar las fuerzas del mercado". La afirmación es toda una muestra del cambio de estrategia del grupo que conduce Paolo Rocca, que en 2003 le propuso al ex presidente Néstor Kirchner hacer uno de los gasoductos más grandes de la Argentina, pero luego centralizó sus negocios en la parte privada.
El presidente de CRA, Rubén Ferrero, también se inclinó por una menor intervención estatal. Pronosticó que cuando "liberen" al campo podrá concretar su enorme potencial. "Los agronegocios aportarían un piso de crecimiento de 2% del PBI anual hasta 2020, sólo si nos dejan hacer", sostuvo.
Varios expositores presentaron números gigantescos. Todas las placas mostraban un crecimiento exponencial del empleo (se habló de que un cambio como el propuesto implicaría la creación de tres millones de puestos), la economía, las inversiones y las exportaciones que, según ellos, está atado al camino que elija el próximo gobierno.
La reunión tuvo el sello de una refundación. No se mencionó a los Kirchner, a Axel Kicillof ni a Jorge Capitanich, pero sonaron los nombres de Belgrano, Alberdi y Güemes. Palabras como consenso, instituciones, empresas, Constitución Nacional y diálogo se escucharon con muchísima frecuencia. Pero también se mencionó en varias ocasiones la proliferación del narcotráfico, en la política y en las empresas, como una amenaza creciente.
Juan Vaquer, de Dupont y representante de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), pidió por un marco institucional sólido. "En un país con instituciones republicanas sólidas, las empresas exitosas son aquellas que se caracterizan por el trabajo y la innovación. Son exitosos los que hacen las cosas bien. En un país sin instituciones sólidas, con funcionarios discrecionales, los exitosos son los que están cerca del poder, los aventureros", criticó sin dar nombres.
El discurso del campo, uno de los más críticos hacia el kirchnerismo, también fue moderado. El presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, reconoció que "hay cosas urgentes, pero tenemos también que dedicar parte de nuestro tiempo a arreglar lo general. Trabajemos de tal manera de pensar los próximos 100 años del país".