Los gobiernos de la Argentina y Brasil aprovecharon la cumbre de presidentes del Mercosur que se realiza en esta ciudad para alcanzar un acuerdo, por ahora de palabra, para que a partir del lunes se eliminen las barreras comerciales entre ambos países, que desembocaron en quejas empresariales en ambos lados de la frontera y en el cierre de varias plantas de industrias regionales.
De hecho, anteayer la firma Nucete, productora de aceitunas y aceites de oliva instalada en la provincia de La Rioja, anunció que había suspendido a más de 500 personas por no poder exportar su producción a Brasil , además de otros problemas de competitividad local.
También la fabricante de papas fritas McCain mantiene suspendidos a casi 500 trabajadores de su planta de papas fritas en Balcarce por las medidas aplicadas por Brasil en represalia de trabas aplicadas previamente por la Argentina. Por las mismas razones, la automotriz Renault anunció esta semana la suspensión hasta el 10 de julio de 1600 empleados de su planta en la provincia de Córdoba.
Dentro del marco del Mercosur, se reunieron aquí la secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo e Industria de Brasil, Tatiana Prazeres, y la secretaria de Comercio Exterior argentina, Beatriz Paglieri, y discutieron la situación de aquellos sectores afectados por las trabas bilaterales.
Muchos sectores brasileños venían sufriendo el cierre de las importaciones argentinas, dispuesto por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, jefe político de Paglieri.
Por su parte, el gobierno de Dilma Rousseff también bloqueó las exportaciones argentinas de varios rubros a ese país, especialmente productos alimenticios y de la industria automotriz. "En la Cancillería aseguran que se levantarán todas las restricciones desde el 1° de julio", dijo a La Nacion una fuente de la comitiva argentina.
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"En ese contexto, las cámaras de esos sectores, como el de las aceitunas, recibieron la noticia hoy (por ayer) de que se les otorgarán las licencias y las guías de exportación", completó otro funcionario del gobierno de Cristina Kirchner.
Del lado brasileño lo explicaron así: "Brasil intentará no perjudicar las importaciones de automóviles y productos regionales argentinos. Y como contrapartida el gobierno de Cristina Kirchner evitará frenar las autopartes y la carne porcina provenientes de Brasil". Otros productos, como las frutas del Alto Valle de Río Negro, también entrarán en el acuerdo, pero aún están en discusión.
Más allá de las señales de amistad que se profesan recíprocamente ambas presidentas, lo cierto es que Brasil y la Argentina pasaron por un pico de tensión bilateral sobre los desacuerdos comerciales. Por ese motivo, se volverán a instrumentar reuniones mensuales para dirimir estas diferencias.
Los encargados de liderar la negociación son el secretario Guillermo Moreno y el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Alessandro Teixeira, quienes se reunieron a principios de mes en Buenos Aires. Formalmente, la siguen los ministros de Industria de ambos países, Débora Giorgi y Fernando Pimentel, quienes también se reunieron ayer en esta ciudad, indicaron fuentes que participan de las negociaciones bilaterales.
De hecho, las reuniones técnicas del Consejo del Mercado Común comenzaron con fuertes quejas de técnicos brasileños hacia las trabas argentinas, que luego se fueron suavizando con el correr de los debates diplomáticos. Mientras tanto, Prazeres conversó aquí con los gobernadores de Mendoza, Francisco Pérez, y de San Juan, José Luis Gioja.
En este contexto, la situación entre ambos países parecía ayer más distendida, al menos en el aspecto comercial. Desde el Gobierno decían ayer que las fábricas como la aceitunera Nucete, que exporta el 75% de su producción a Brasil, podría retomar su actividad, que interrumpió el 8 de mayo debido a las trabas de Moreno y las represalias brasileñas.