A pesar de la devaluación superior al 30%, 2013 no fue un buen año para el sector exportador mendocino. Referentes de diferentes actividades económicas reconocieron una leve mejoría en la competitividad, pero aseguraron que no habrá una evolución notoria hasta que el gobierno nacional frene la inflación o aplique medidas que favorezcan a las economías regionales.
El dólar oficial comenzó el año cotizando a $ 4,92 en el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Hoy, el precio es de $ 6,55, es decir un 33,13% más. A simple vista, la devaluación de los últimos doce meses debería significar una mejora de competitividad del tipo de cambio, haciendo más baratos los productos argentinos fuera del país. No obstante, el efecto positivo que deberían percibir los exportadores, se licuó en una inflación que creció a niveles similares.
Leonardo González Luque, economista investigador de la Fundación Ideal, señaló que la inflación real de 2013 fue del 27%, según estadísticas de Ideal. En base a esto, el experto opinó que "el aumento en el ritmo de devaluación, sólo alcanzó para que no se siguiera perdiendo mercado en el exterior, pero no mejoró la situación".
"Una variable que es útil para medir la competitividad de un país es el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM). Este indicador sintetiza la evolución de la inflación y del tipo de cambio en el tiempo con los principales socios comerciales", explicó González. Un seguimiento del economista sobre esa variable, concluye que "desde 2007 a la actualidad, Argentina empeoró un 38% en su competitividad cambiaria".
Por tanto, para que realmente mejore la condición de los exportadores mendocinos en el mercado internacional, González Luque asegura que el gobierno nacional debe desarrollar una política integral que reduzca la inflación junto a una mejora en la competitividad cambiaria (en el TCRM).
Mal año para vender afuera
No sólo los economistas piden una solución de fondo. También los representantes de los diferentes sectores de exportación coinciden en que se requieren cambios de política económica para que comiencen a recuperarse los mercados perdidos.
Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, vio con buenos ojos la aceleración del ritmo devaluatorio pero coincidió con González Luque en la necesidad de crear un plan serio para frenar la inflación. "Los números de la vitivinicultura son preocupantes. En los últimos años la exportación de vinos venía traccionando al sector en su conjunto, pero hoy eso ya no sucede y toda la cadena se ve perjudicada", mencionó.
Más allá de lo que sería ideal, Pina consideró difícil que el gobierno nacional implemente medidas adecuadas para reducir el índice inflacionario. Sin embargo, el gerente de Bodegas de Argentina alberga esperanzas en que el Estado responda a reclamos de la vitivinicultura, desde hace años.
"Si se eliminaran las retenciones, se agilizaran los reintegros o se compensara el costo de los fletes, seguramente podríamos mejorar nuestra competitividad en el exterior. Es sobre estas medidas que volcamos nuestros esfuerzos", indicó el profesional.
González Luque reconoció la importancia de la actividad vitivinícola para Mendoza y repasó algunos números que muestran claramente la pérdida de mercados internacionales para Argentina. "Las ventas totales de vinos (en volumen) se contrajeron un 4% entre enero y setiembre, en comparación a igual período del año pasado. Esto se debió a las caídas en exportación de vinos en botella y a granel (-1,9% y -54%) frente a un mercado interno que crece al 3,3%, algo que no alcanza", indicó.
Tampoco la han pasado bien los demás productores agrícolas de la provincia. Juan Riveira, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), explicó que las frutas locales están caras en el exterior, lo que las lleva a perder participación en los mercados extranjeros. A los problemas económicos, se suman ahora los eventos de contingencias climáticas, que redujeron masivamente la producción de frutas de carozo como duraznos y ciruelas.
La fruta que se encuentra en mejores condiciones para cumplir con un cupo exportador es la pera, pero los productores deberán buscar la forma de contrarrestar la desventaja competitiva generada por el atraso cambiario y la inflación.
En este sentido, el presidente de Aspeff apuntó contra los costos crecientes del flete y, por supuesto, contra la falta de medidas que combatan la inflación.
En cuanto a la devaluación, Riveira aseguró que el 30% alcanzado este año sirvió al menos para no perder más competitividad, pero se mostró preocupado por la inflación que se pueda generar a futuro como consecuencia del mayor ritmo devaluatorio.
Por su parte, Julio Totero, secretario de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), reconoció que la devaluación favoreció la competitividad de Mendoza en el exterior, pero advirtió que el aumento de costos fue aún mayor para algunas industrias. "Hay productos, como el acero, que subieron 25% sólo entre julio y diciembre de este año y elementos importados que incrementaron su precio en un 40% durante el mismo período.
"Pensamos que en 2013 podríamos frenar la curva descendente de exportaciones de 2011 y 2012, pero apenas pudimos desacelerar la caída", reflexionó.
En relación a la postura económica del gobierno nacional, Totero pidió mayor apoyo estatal para ingresar a los mercados de América Latina; entre otras solicitudes, para impulsar las economías regionales.
Mendoza
Las exportaciones complicadasEl aumento en el ritmo de devaluación, sólo alcanzó para que no se siguiera perdiendo mercado en el exterior, pero no mejoró la situación
5 Ene 2014
5 Ene 2014