El Departamento de Agricultura de ese país (USDA) informó esta semana que la recolección de maíz se encuentra realizada en un 39%, comparado con el 26% de la semana anterior y el 13% del promedio de las últimas cinco campañas.
Los cultivos en situación «buena a excelente» llegan al 24%, sin cambios respecto de la semana anterior y el 52% de 2011 a esta fecha.
En soja, ya se encuentra cosechado el 22% del área prevista, comparado con el 10% de la semana anterior y el 8% del promedio histórico. Los cultivos «buenos a excelentes» llegan al 35%, comparado con el 33% de la semana anterior y el 53% del año pasado.
El mercado siente la presión de la recolección norteamericana y la demanda se contenta con que, aun grave, la sequía de esta temporada en Estados Unidos no recortó la productividad a los niveles que se llegaron a pronosticar pocas semanas atrás, con rendimientos dentro o por encima de los esperados en soja.
La cosecha de la oleaginosa avanza a buen ritmo, presionando las cotizaciones cercanas del mercado de Chicago.
Por otro lado, el contexto internacional también ha comenzado a tener influencia en la plaza de los cereales, con un dólar débil que estimula la compra de materias primas y expectativas financieras globales más benignas que las anticipadas algunos meses atrás.
La producción de etanol en Estados Unidos alcanzó recientemente el punto más elevado de las últimas 11 semanas, aunque la elaboración de este biocombustible sigue ubicándose un 4,2% por debajo de los niveles del año anterior. Los márgenes de molienda siguen siendo negativos, como consecuencia de la fuerte suba que experimentó su principal insumo, el maíz. Elaborar etanol en Estados Unidos implica en la actualidad un quebranto de entre u$s 0,20 y u$s 0,30 por galón; la mejora en las cotizaciones del combustible no alcanza a compensar la mejora del maíz. Los stocks de etanol también resultan elevados, y ahora se ubican un 13% por encima de los del año anterior.
Brasil incrementó su mandato legal de uso de etanol, con un corte del 25% en lugar del 20% de la actualidad, lo que permitirá localmente una mayor demanda interna y menores exportaciones, situación que beneficiará al etanol norteamericano.
Algunas fábricas de etanol de Estados Unidos que cerraron en el mes de junio, como consecuencia de los fuertes quebrantos en el proceso de elaboración. Piensan reasumir la actividad en los meses venideros, en la medida en que la relación maíz/etanol se siga sosteniendo hasta lograr niveles de rentabilidad.
El USDA anunció esta semana que la información crítica que da a conocer regularmente, como el informe mensual de oferta y demanda, el de área de siembra o el trimestral sobre existencias de granos en Estados Unidos entre otros, serán revelados, a partir del próximo mes de enero, a las 11 de Chicago en lugar de las 7.30, como se venía haciendo hasta ahora. De todas maneras, a la hora de conocerse los informes el mercado se encontrará operativo.
En el corto plazo, el mercado se concentrará en la marcha de la cosecha norteamericana, que en pocas semanas más entrará en su tramo final.
También cobrará relevancia el clima en Sudamérica. En nuestro país hay muchas áreas anegadas en la provincia de Buenos Aires que impedirán ser implantadas con maíz o soja de primera. También hay que sumar a esta circunstancia la necesidad de una mayor fertilización, actividad que encarecerá la inversión final.
Otro factor que genera inquietud es la demora en el desarrollo de lluvias en los estados brasileños de Mato Grosso y Goias.
Finalmente, cobra relevancia el ritmo de compras que vaya encarando China, así como el uso doméstico de maíz y soja en los EE.UU. en el último trimestre de este año.
En general, el USDA tiende a incrementar sus cifras de producción en el informe del mes de octubre, particularmente en soja. Las cotizaciones actuales de Chicago en la oleaginosa transmiten a los productores norteamericanos el mensaje de no retener la mercadería y venderla, a la luz del descuento que evidencian los precios en las posiciones de marzo en adelante.
(*) Director de Panagrícola.
Ricardo Baccarín