Esta campaña comprende la difusión de la problemática ambiental que representa el riesgo de ahogamiento de animales silvestres en los reservorios artificiales de agua, esenciales para la producción ganadera pero que pueden convertirse en trampas mortales para la fauna. Dentro de la fauna, principalmente aves y algunas de ellas en franco peligro de extinción, el cardenal amarillo y el águila coronada son las especies más afectadas.
"Decidimos fortalecer la gestión de colocación de rampas de escape en el medio rural, dado que Mendoza no es ajena a la situación climática que vino atravesando gran parte del país. La sequía de los últimos meses afectó fuertemente a la producción ganadera local y al sector agrícola, y la fauna silvestre no dejó de ser parte perjudicada por este fenómeno climático. La escasez hídrica obligó a la fauna silvestre a utilizar este tipo de reservorios de agua artificial, teniendo en cuenta la falta de lluvias", explicó el director de Recursos Naturales, Sebastián Melchor.
De esta manera, ya han sido colocadas 150 rampas, cubriendo un área de más 300 mil hectáreas en el territorio provincial, con la ayuda de la Fundación Acción Salvaje y el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces de Argentina (Cecara), entre otras instituciones públicas y privadas.
Principalmente aves y algunas de ellas en franco peligro de extinción, como el cardenal amarillo y el águila coronada, son las especies más afectadas. El Cecara, de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), estima que cientos de miles de aves mueren ahogadas por año en los tanques o reservorios de agua del medio rural.
Experiencias de esa organización ambiental demostraron que existen medidas muy efectivas para reducir los ahogamientos, como la colocación de "rampas de escape" en los reservorios. Consisten en sencillas estructuras de malla de alambre plegadas, que cualquier persona puede realizar con un metro cuadrado de malla de alambre. Se calcula que la presencia de rampas de rescate reduce a la mitad las muertes de fauna silvestre por ahogamiento. Esta medida, además de contribuir a preservar la biodiversidad de nuestros ecosistemas, ayuda a mantener la calidad del agua de los reservorios al reducir los tiempos de limpieza de los tanques.
La problemática de muerte de fauna en reservorios de agua se agudiza en primavera-verano, cuando ocurren 90% de los incidentes de ahogamiento, mientras que solo 10% de los casos se producen en otoño-invierno. En una prueba comparativa realizada por el Cecara-UNLPam, se observó que, en reservorios con rampas, la muerte por ahogamiento se reducía casi 50%.