Dicho estudio resalta que existe un aumento de las inversiones en la acuicultura, en especial en tecnologías para mejorar la productividad, que incluyen uso del agua, mejoramiento genético, prácticas en los criaderos e innovación en la alimentación de los peces. Este avance debería incrementar la producción acuícola hasta un 4,14% anual de aquí a 2022, un crecimiento notablemente más rápido que la previsión del 2,54% anual hecha a principios de año, según indicó el trabajo FAO realizado en junto con la OCDE.
"La principal razón para un mayor optimismo es que existe un amplio margen para ponerse al día con tecnologías más productivas, especialmente en Asia, donde hay muchos pequeños acuicultores que no pueden afrontar los fuertes gastos financieros que se requieren para ampliar la producción sin tropezarse con limitaciones de recursos", señaló Audun Lem, experto de la división de Políticas y Economía de la Pesca y la Acuicultura de la FAO y uno de los autores principales del informe de 120 páginas.
África, con enormes recursos hídricos, también experimenta un fuerte crecimiento de más del 5% anual -el más rápido en el mundo- de su sector acuícola, aunque partiendo de un nivel de base muy bajo, según el informe.
La acuicultura es una industria joven en comparación con la cría de ganado y surgió prácticamente de la nada en 1950, para llegar a una producción récord de 66,5 millones de toneladas en 2012, casi treinta veces el nivel de 1970. Alrededor del 50% de los u$s 127. 000 millones que EE.UU. volcó a exportaciones de pescado a nivel mundial en 2011 procedía de países en desarrollo, que reciben más ingresos netos del comercio de pescado que de sus exportaciones de té, arroz, cacao y café combinadas, explicó Lem.
En términos de consumo humano directo, el cultivo de peces superó en 2014 a la pesca de captura, que alcanzó su techo a mediados de la década de 1980 y se espera que crezca tan sólo un 5% durante la próxima década, gracias en gran parte a la reducción de los desperdicios, así como a mejores aparejos que reducen las capturas incidentales no deseadas y a la mejora de la gestión de las pesquerías.
El consumo mundial de pescado per cápita se incrementó de 9,9 kg en 1970 a 19,1 kg en 2012, aunque las cifras varían considerablemente entre regiones y dentro de ellas. África, América Latina y el Cercano Oriente tienen niveles de consumo de alrededor de la mitad de la media mundial, mientras que Asia, Europa y América del Norte tienen todos promedios de alrededor de 21 kg por habitante.
Los precios del pescado en 2022 serán un 27% más altos que hoy en el escenario de referencia de la FAO, pero hasta un 20% más bajos si la acuicultura se expande más rápidamente.