El mercado internacional sigue operando con volatilidad, pero alternando alzas con bajas, y esperando a que aparezcan novedades de peso para que nos lleven hacia uno u otro lugar. Mientras tanto, localmente el mercado de maíz está muy activo, mientras que la soja se opera cuando hay precios interesantes. El mercado de trigo sigue sin despertarse.
En la semana pasada la gran preocupación pasó por un nuevo derrape del petróleo, junto con las proyecciones de menor crecimiento para el mundo, y específicamente por el menor desempeño económico que el Fondo Monetario Internacional espera de los países emergentes. Esto genera varios problemas para los granos. En primer lugar, los mismos integran junto con el petróleo y otras especies, el "capítulo" de los commodities, y sólo por ello cuando hay un desplome de esta naturaleza, los especuladores apuntan a que las bajas se contagien. Pero por otro lado, también debemos reconocer que el petróleo está muy relacionado con los granos vía la demanda de biocombustibles. Finalmente una menor actividad económica de los países emergentes hace pensar en una lectura rápida en que el proceso de mayor demanda en calidad y cantidad se frene. Sin embargo, este proceso es una tendencia de más largo plazo, que podrá moderarse, pero difícilmente detenerse.
Maíz, en alza
En medio de ese marco complicado, por el lado de la oferta sigue resonando el fracaso productivo del maíz en Sudáfrica. País que habitualmente exporta unas 2 millones de toneladas, y que pasaría este año a tener que importar unas 6 millones de toneladas, de acuerdo con fuentes oficiales sudafricanas.
Pero además el mercado de maíz comenzó a ponerse tenso ante el atraso en la trilla de soja en Brasil. Tras cosechar la soja se siembra el maíz de segunda, conocido generalmente como "safrinhia". Pero la demora que se está observando postergaría la implantación del cereal, lo cual a su vez haría que la producción sea más riesgosa por cuestiones climáticas. Por ello se especula con que esto termine en menor producción para Brasil.
Todo esto ayudó a que los precios del maíz tanto en el exterior como en el mercado local mejoraran, y ello derivó en precios muy atractivos para el productor local. A su vez los exportadores han estado muy activos con sus ventas externas. Llevarían vendidas algo más de 5 millones de toneladas de maíz nuevo, pero sus compras están muy atrasadas, con sólo 3 millones de toneladas.
Sin embargo, viendo la abundancia de maíz en el mundo, la posibilidad de que Estados Unidos incremente el área el año próximo y el atraso en el ritmo de embarques norteamericano, esta parece una muy buena oportunidad de venta para el cereal.
En el caso de la soja la situación es distinta, ya que se espera caída de área en Estados Undiso y las exportaciones norteamericanas vienen rápido. Además como se mencionó antes, la trilla en Brasil viene lenta.
Esperar para el trigo
Finalmente en cuanto al trigo local, nuestro país está vendiendo mucho trigo a destinos distintos de Brasil donde hay que competir por precio. Ello lleva a que el valor FOB esté deprimido. Pero además de esto, tomando ese valor FOB, se trabaja ofreciendo precios al mercado interno muy por debajo. Por todo esto lo conveniente sería esperar. Cierto es que en gran parte esto se debe a los problemas de calidad de la cosecha argentina. Sin embargo, si observamos las cotizaciones de trigo de baja proteína las mismas están u$s 10 por tonelada por debajo de la paridad de todas formas.
(*) Profesor e investigador del Centro de
Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.