El Gobierno les habría manifestado en privado a los exportadores la necesidad que tiene hoy el país de que se exporte más carne. “Ahora, a exportar”.
El problema, fuera de la barata, los ROE, de la incertidumbre general, del aumento de los costos energéticos y laborales en dólares, es que con este tipo de cambio nuestras carnes no son competitivas.
Brasil ha devaluado un 25 por ciento en los últimos meses, el precio del ganado en dólares ha caído en igual o mayor magnitud y frente a un mercado internacional con tendencia a la baja está haciendo concesiones en sus precios FOB.
En Uruguay ha sucedido lo mismo: caída de la hacienda en dólares y baja leve (cinco por ciento) en los valores FOB. La baja en los precios internacionales de la carne, hasta ahora moderada, agrava el problema de la falta de competitividad de nuestras carnes.
A la devaluación del real, debe agregársele la devaluación del rublo y sobre todo, la del euro, lo que reduce el poder de compra de nuestros principales compradores.
Limo rosa. Es sabido que en los Estados Unidos al menos el 50 por ciento de la carne vacuna se consume picada. Hace un par de meses estalló un escándalo en los medios –especialmente en la TV– al revelarse la manera de elaborar la carne picada conocida como LFTB ( Lean Finely Textured Beef ), apelada despectivamente ahora como el “barro rosa” ( pink slime).
Se trata de un producto cárnico derivado de un procesamiento mecánico y químico que permite separar la grasa de la carne de los recortes de carne (trimmings ) que sobran de la despostada.
Los pequeñísimos pedacitos de carne son sometidos a elevadas temperaturas para derretir la grasa y luego tratados con hidróxido de amonio, para recuperar la carne magra, sin grasa, que se agrega o se mezcla con la carne magra “natural” para la elaboración de hamburguesas.
El escándalo comenzó cuando informes de la cadena ABC News denunciaron que el 70 por ciento de la carne picada que se vende en Estados Unidos está mezclada con “barro rosa”, lo que llevó a una baja del precio del novillo en todo el país y al cierre de varias plantas frigoríficas que elaboraban este producto.
El procedimiento es utilizado por la industria cárnica desde principios de la década de 1990, y la misma industria se defiende afirmando que permite la recuperación de muchos kilos de carne por animal, lo que abarata en definitiva el producto, al tiempo que lo protege de las bacterias como la E. Coli .
Muchos estados norteamericanos han dejado de comprar para sus comedores escolares carne picada mezclada con LFTB, y las asociaciones de consumidores han iniciado campañas de boicot al consumo de carnes picadas mezcladas con barro rosa.
Pese a que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) ha declarado que el producto es seguro y que está incluido en la elaboración de otros productos cárnicos, muchas cadenas de supermercados y carnicerías han retirado de la venta el producto.
Estados Unidos no produce la cantidad de carne magra necesaria para abastecer su enorme consumo de hamburguesas y carne picada, debiendo importar por año más de un millón de toneladas de carne magra de vaca, toro o delanteros de novillos, para mezclar con su carne de feedlot, cuyo contenido de grasa es muy alto y excede largamente los valores máximos permitidos para la elaboración de hamburguesas.
Mercado Córdoba
Hacienda de consumo. Se concretó el pasado lunes en el Mercado de Hacienda Córdoba el remate habitual de consumo, con un valor máximo de 11,70 pesos por kilo para la categoría de terneros.
Resumen de las ventas. De acuerdo con el informe de los operadores, se pagaron por terneros de 11,20 a 11,70 pesos por kilo y por terneras, de 10,80 a 11,30; novillitos, de 350 a 400 kilos, de 10,30 a 10,82 pesos por kilo; 400-450 kilos, de 9,32 a 10,30 pesos por kilo.
Otras categorías. Por vaquillonas de 350 a 400 kilos, se pagaron de 9,80 a 10,60 pesos; vacas buenas, de 5,70 a 6,30; vacas manufactura, de 5 a 5,60; vacas conserva, de 3,80 a 4,40 pesos y toros, de 6 a 7,30 pesos por kilo en pie.
Ignacio Iriarte
Comercio Exterior
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22 Jun 2012
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