Fue realizado por los investigadores del INTA Anguil Jaime Bernardos y Mauricio Farrell y financiado por el Ministerio de Agricultura y Asagir. Se evaluaron 105 lotes que sumaron 5726 hectáreas.
El estudio relevó una amplia variabilidad de daños, con un "mínimo de cero y un máximo de 46%". Mostró un área "caliente" en el estrato oeste, con pérdidas medias que alcanzaron los 221 kilos por hectárea, mientras que fueron de 97 kilos por hectárea en el centro y 23 kilos en el Este.
Según detalló el presiente de Asagir, Luis Arias, sólo en los departamentos de Toay, Conhelo y Rancul el cultivo retrocedió en 60.000 hectáreas en el período 2009/2011 probablemente por el impacto de la plaga. Se recomienda el control de la plaga por medio del manejo de áreas de nidificación, métodos de ahuyentamiento o repelencia y evaluación de híbridos menos susceptibles al daño.