Economía

Escasa liquidez en la campaña 2013/2014

Hay poca liquidez entre los productores, luego de una cosecha gruesa que dio rindes muy irregulares y cultivos que aún no terminan de cosecharse por la siembra tardía

8 Jun 2013

"En muchos campos se pagan los compromisos contraídos, se hacen las previsiones para los impuestos nacionales, provinciales y municipales, y queda muy poco para vivir hasta el próximo ingreso. En esos casos, las nuevas inversiones han quedado postergadas para más adelante", apunta un acopiador de Rojas.

 

La situación tirante en los bolsillos obliga a revisar los presupuestos con frecuencia, para ver cómo manejar recursos escasos y desarrollar planteos productivos con el menor margen de riesgo posible.

 

Quien carece de fondos para adquirir los insumos para la siembra de granos finos echa mano a la financiación comercial y a las tarjetas bancarias rurales. En el primer caso, muchos distribuidores y terminales aceptan el pago con cheques posdatados con un interés del 2 al 3 por ciento mensual en pesos, que luego descuentan en el banco. Muchos productores optan por esta alternativa esperando que la inflación o una modificación del tipo de cambio licuen la deuda.

 

Otras compañías que quieren cubrir el riesgo cambiario hacen acuerdos de entrega de mercadería con el apoyo de un forward de soja para el año que viene. Las tarjetas bancarias rurales también son muy usadas porque tienen convenios con muchas empresas proveedoras de insumos; otorgan un período libre de interés, y no requieren presentación de carpetas o trámites adicionales en las entidades.

 

Alquileres: nuevos acuerdos

Con la retirada de varios pools importantes y luego de que muchos arrendatarios perdieran dinero con la producción de granos 2012/2013, el mercado de alquileres agrícolas busca nuevos valores y formas de vinculación entre inquilinos y propietarios.

 

"La concreción de operaciones está demorada y hay muchas conversaciones y contraofertas de las partes involucradas", admite un intermediario en estas operaciones. Sucede que muchos arrendatarios están preocupados por los montos que hay que arriesgar en la nueva campaña, a partir del incremento del costo de los servicios y el combustible, y de la caída de precios que se observan en la Bolsa de Chicago, todo lo cual eleva los rindes de indiferencia para nivelar ingresos y gastos.

 

Algunos propietarios que se niegan a entrar en esquemas en aparcería, aceptan dividir el alquiler en varios pagos. En Rufino, por ejemplo, se hizo un acuerdo con una reducción del 15 por ciento de los quintales por hectárea respecto del año pasado, con un pago al momento de firmar el contrato y otra cuota en diciembre, cuyos montos no superan el 50 por ciento del total. El resto se pagará en mayo de 2014.

 

Otro acuerdo que se aparta de lo tradicional es una aparcería con un porcentaje creciente para el dueño del campo, a medida que aumenta el rendimiento. El esquema es así: de 0 a 10 qq/ha, el propietario recibe el 25% de la producción. De 10 a 15 quintales, recibe el 25% por los primeros 10 qq/ha y el 35% del excedente. De 15 a 20 qq, recibe 28,33% para los primeros 15 qq y el 45% por el excedente. La escala sigue con el mismo esquema de incrementos hasta 45 qq/ha.

 

El campo se alquiló el año pasado en 10 qq/ha. Este año, si se cosechan 10 qq/ha, el propietario cobrará 2,5 qq; si se cosechan 15 qq, cobrará 4,25 qq; si se cosechan 20 qq, recibirá 6,5 qq; si se cosechan 30 qq, recibirá 12,5 qq, y si se cosechan 35qq, recibirá 16,25 quintales por hectárea.

 

Este esquema busca cubrir el costo de implantación en el que incurre el arrendatario (8-10 quintales por hectárea para la soja según planteo productivo), aun en situaciones de bajo rinde, y beneficiar al propietario si se alcanza alta producción. Con rindes medios, el locador obtiene una renta similar a la del alquiler fijo y el arrendatario recupera su inversión más una ganancia. Con rendimientos elevados el propietario puede cobrar más que con el alquiler fijo adelantado clásico.

 

Otro caso: un propietario de Arias hizo un "remate" para alquilar su campo de muy buena aptitud agrícola, por el que el año pasado obtuvo 16 quintales por hectárea adelantados. Se quedó con la mejor oferta, que consistió en 4 qq/ha al firmar y 1 quintal por mes hasta la finalización del contrato, lo que sumó 13 qq/ha. La valuación de los quintales es en función de la soja mayo 2014, para que el arrendatario pueda calzar ventas de grano con alquileres.

 

También hay casos de alquileres en quintales fijos que se mantienen en igual monto que el año pasado. Se pagan en los campos de mayor potencial de rendimiento, cercanos a puertos o industrias procesadoras.

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