El consultor Omar Valetti afirmó que hay que manejar bien todas las etapas del cultivo para obtener alto rinde con la oleaginosa. Como primera recomendación, sugirió programar la fecha de siembra y la variedad para ubicar el período crítico de cultivo en las mejores condiciones ambientales de radiación, temperatura y humedad. Aquél comienza con la elongación de las varas florales y continúa hasta mediados de floración.
Valetti disertó en una jornada Cosecha Fina organizada por los grupos CREA del Sudoeste, donde alertó que uno de los enemigos de la siembra de colza es la existencia de excesiva cobertura de residuos en lotes que se siembran directamente. Para atenuar este inconveniente, aconsejó usar desparramador de paja en la cosecha del cultivo anterior y barrerrastrojos en las situaciones extremas.
El técnico afirmó que la colza muestra alta respuesta a la fertilización con nitrógeno y azufre en lotes deficitarios, aunque no hay disponibles métodos de diagnóstico como los desarrollados para otros cultivos. Por esa razón, hay que hacer los cálculos a partir de un rinde objetivo y del balance de nutrientes.
En relación al control de malezas, Valetti aconsejó empezar temprano, porque hay un período crítico en las etapas iniciales del cultivo. "Si las malezas no se controlan cuando la colza se encuentra en estado de roseta, se puede perder hasta el 70 por ciento del potencial de rinde del cultivo", proyectó.
Las principales enfermedades fúngicas de colza son phoma y alternaria. "Hay que hacer monitoreos frecuentes desde las etapas tempranas del cultivo con un criterio preventivo, y aplicar fungicidas antes de que alcancen alta incidencia", aconsejó el experto.
La cosecha pueden ser con corte e hilerado o directa. Cada sistema presenta ventajas e inconvenientes. El primero permite mayor calidad del producto por menor cantidad de cuerpos extraños y la entrega de un grano con bajo porcentaje de humedad. El principal problema de este sistema que no hay maquinarias suficiente para operar muchas hectáreas y exige más tiempo y costos. "La cosecha de directa permite utilizar máquinas más modernas y en cantidad suficiente para operar en gran escala. Sin embargo, sólo se puede utilizar en lotes de maduración uniforme o aplicando desecantes", distinguió Valetti.
Por otra parte, en la etapa comercial, el consultor Jorge González Montaner indica que es difícil llegar a la humedad de recibo, que es del ocho por ciento. "Se puede secar, pero es un proceso complicado y costoso", advierte.
"El precio es tentador - 420 dólares por tonelada, más del doble que el del trigo- y es ofrecido por varias firmas exportadoras, que compran por contrato toda la producción obtenida por el agricultor", agrega.
Humedad
Muchos cultivos de garbanzo sufrieron anegamientos en la campaña 2012/13 y se perdieron. "Los lotes con humedad no son para el garbanzo, que es el cultivo de invierno más susceptible, en un ranking en el que le sigue la colza, la arveja, la cebada y el trigo en orden de tolerancia", afirma González Montaner.
Adrián Poletti, integrante de la Cámara de Legumbres de la República Argentina, aconsejó inocular la semilla de garbanzo, porque sin una buena nodulación no se pueden alcanzar altos rendimientos.
También recomendó realizar un buen barbecho, con 300-400 milímetros de agua acumulada hasta la fecha de siembra, que coincide normalmente con agosto.
Luego de la siembra el cultivo debe ser mantenido libre de malezas. Durante su desarrollo puede ser atacado por bichos bolita, babosas y caracoles. Sin embargo, la principal amenaza es la rabia, una enfermedad fúngica que provocó pérdidas gravísimas la campaña pasada, con muchos días sin sol o con repetidas lluvias.
Al llegar a estados reproductivos se juega la calidad comercial del garbanzo. "Además del rendimiento por hectárea y del peso de 1000 granos, hay que cuidar el movimiento y el almacenamiento para mantener la calidad, ya que es una producción para consumo humano", alertó Poletti.
"Tiene que guardarse en ambientes limpios y secos, porque en la situación contraria fermenta y se contamina con bacterias que producen un olor desagradable", enfatizó el orador.
"De poco sirve producir bien en el lote si luego se usa un sinfín que rompe el grano", graficó el expositor. Las granos se clasifican en categorías según el diámetro: grande (9mm); medio (8mm); pequeño (7mm) y menor de 7mm, con precios decrecientes.