Las zoonosis constituyen un grupo de enfermedades comunes al hombre y a los animales: pueden ser de transmisión directa -a través de algún fluido corporal como orina o saliva- o de transmisión mediada, a través de un insecto. También pueden ser contraídas por consumo de alimentos de origen animal que no cuentan con los controles sanitarios correspondientes, o por consumo de frutas y verduras crudas mal lavadas. Las zoonosis pueden ser causadas por diferentes agentes, como parásitos, virus o bacterias. En nuestro país se encuentran la brucelosis, la fiebre amarilla, la fiebre hemorrágica argentina, la gripe aviar, el hantavirus, la hidatidosis, la leishmaniasis visceral, la leptospirosis, la rabia, la sarna, el síndrome urémico hemolítico, la toxoplasmosis, la triquinosis y la tuberculosis bovina, y el ámbito rural es el más afectado.
La Fundación Mundo Sano, una entidad sin fines de lucro, trabaja activamente en una campaña de difusión junto con el laboratorio Biogénesis Bagó para prevenir algunas de estar enfermedades, tan comunes en el mundo rural, y que afectan sobre todo a las poblaciones más vulnerables, que tienen viviendas precarias y carecen de servicios básicos como agua potable o redes cloacales.
“Para la atención y promoción de la salud respecto de estas enfermedades, lo más importante es actuar preventivamente en tres niveles elementales: proteger la salud humana, proteger la salud animal (de los animales de producción, compañía y fauna silvestre beneficiosa) y cuidar el ambiente de residencia habitual o trabajo”, señalan en la Fundación.
Mundo Sano trabaja en varios programas de hidatidosis, una zoonosis que puede afectar gravemente al ser humano, y hasta causarle la muerte, presente en zonas rurales y en especial a quienes se dedican a la ganadería. Se trata de una enfermedad parasitaria provocada por un parásito que se aloja en el intestino delgado de los perros y produce quistes en órganos y tejidos del hombre, entre ellos hígado, pulmón y corazón. El ciclo de la enfermedad se inicia en el hábito de alimentar a los perros con vísceras crudas -o mal cocidas- provenientes de pequeños rumiantes o de cerdos faenados domésticamente. “En la Argentina, donde entre 2006 y 2010 se reportaron 1.833 casos al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, se estima que hay cerca de 4 millones de habitantes rurales en riesgo potencial de contraer la enfermedad”, alertan en la Fundación.
El hantavirus, por otra parte, es un grupo de enfermedades virales agudas graves, causada por alguno de los virus Hanta. Diferentes poblaciones de ratones silvestres (como los colilargos) lo transmiten a las personas, eliminando el virus en la saliva, las heces y la orina. Se transmite por inhalación, principalmente en lugares cerrados, como galpones o pastizales, donde las heces o la orina de los roedores infectados desprendieron el virus contaminando el ambiente, por contacto directo, esto es, al tocar roedores vivos o muertos infectados, o las heces o la orina de estos roedores o por ser mordidos por roedores infectados. Para prevenirla, se recomienda controlar el ingreso de roedores a las viviendas, tapar todos los orificios de puertas, paredes y cañerías, y ventilar al menos 30 minutos antes de entrar a cualquier lugar cerrado. Asimismo, colocar huertas y leña a más de 30 metros de las viviendas, y cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros alrededor del domicilio.
La leptospirosis es una enfermedad producida por una bacteria que puede estar presente en la orina de ciertos animales como roedores, perros, vacas, cerdos, caballos y animales silvestres. Se contagia por contacto directo con la orina de un animal infectado, o con agua contaminada con esa orina. Por eso, el riesgo aumenta si se producen inundaciones o al desarrollar actividades recreativas en ríos, lagos, lagunas, arroyos (como nadar, pescar, acampar, o realizar deportes náuticos).
Otra zoonosis a la que hay que prestar atención es la brucelosis, una enfermedad bacteriana que puede presentarse de forma aguda con comienzo brusco o de forma gradual, o evolucionar hasta hacerse crónica (permanente). Infecta principalmente a los animales domésticos como perros, vacas, cabras, ovejas y cerdos, aunque también puede afectar a la fauna silvestre y a los mamíferos marinos. También la puede contraer el ser humano. Se transmite a través del consumo de alimentos contaminados, como leche y quesos no pasteurizados; la inhalación de aerosoles infectantes y también por contacto con las secreciones de los animales que abortan sus fetos. La transmisión de brucelosis de persona a persona es extremadamente rara.Para su prevención, se recomienda consumir lácteos pasteurizados, lavar los vegetales, vacunar vacas y cabras en zonas endémicas. Los profesionales que manejan ganado debe implementarse una adecuada protección individual y controles serológicos semestrales.
Sobre el impacto de las enfermedades desatendidas, la Dra. Silvia Gold, presidenta de Mundo Sano, señaló que “son enfermedades de alta prevalencia, que afectan a poblaciones pobres y lo que determina su condición de injustas fundamentalmente es que pueden ser evitadas. Estas enfermedades que comprenden una lista más o menos extensa según quien las defina afectan solo en América Latina a aproximadamente el 40% de los más de 550 millones de habitantes de la región. El modelo público-privado que aplicamos en la investigación, prevención, diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades busca paliar esta situación que perjudica a los sectores menos favorecidos”.