Gustavo Grobocopatel, presidente del grupo Los Grobo, no acostumbra hacer estimaciones sombrías sobre el rumbo de la economía. Sin embargo, el empresario no dudó en advertir que será un año "complicado" para el sector agrario. Y por eso pidió tomar medidas.
"Los chacareros siempre decimos que estamos complicados, pero esta vez hay datos objetivos: desde hace unos años hay aumentos de costos, de presión impositiva, y en los últimos dos meses se sumó la caída del precio de la soja a nivel internacional, que pasó de valer 600 dólares a valer 400 o 390 de la moneda norteamericana. Todo hace un combo bastante complejo", evaluó.
"Había un consenso en la necesidad de bajar las retenciones en trigo, maíz y girasol, que no le aportaban nada al Estado ni a la mesa de los argentinos, en que había que transparentar el comercio porque generaba transferencias en los distintos eslabones de la cadena, y ahora con el tema de la baja de la soja también está en juego la soja; por supuesto, están peor los otros cultivos, pero ahora se suma la soja, por lo cual estamos en problemas", indicó.
"No se habla de incentivos, sino de disminuir los desincentivos"
Grobocopatel aseguró que "hay preocupación, temor", porque "el crédito es caro y si esto se consolida probablemente en un tiempo haya una caída en la superficie sembrada". Y remarcó que ello impactaría sobre la industria. "Hay menos inversiones en la construcción, en la vida de los pueblos del interior. Creo que vamos a estar en un año complicado", insistió.
"Acá no se habla de incentivos, sino de disminuir los desincentivos", aclaró el empresario. "Vivimos en el corto plazo, lo que provoca que estos shocks permanentes generen más daños del que deberían causar. La soja quedó como el salvavidas".
En su opinión, "no es sólo un problema de comunicación, sino de desconfianza y de prejuicios, porque siempre hay responsabilidad de las dos partes, pero el que conduce tiene un contexto de liderazgo que lo hace aún más responsable".
"La falta de diálogo, de construir en forma conjunta, no permitió resolver algunos de los problemas que hoy estamos pagando", evaluó.
Década aprendida
Grobocopatel eludió la pregunta sobre si la última fue una década ganada, como pregona el oficialismo, o perdida, como sostiene la oposición. Para el es la "década aprendida".
"El mundo que viene requiere Estados importantes, de calidad, presentes, facilitadores, que creen bienes públicos y abran el país al mundo, y requiere de empresas innovadoras, creativas, que alberguen emprendedores. Todo eso se debe dar en el marco de una convivencia armoniosa, habiendo aprendido de lo que nos pasó. El que viene no es un tiempo de echar la culpa sino de mirar hacia adelante", dijo.
A su entender, el campo se modernizó y "no hay conciencia del desarrollo que hay ante nuestros ojos". Al respecto, destacó el potencial de América Latina y, sobre todo, del Mercosur: "Esta región, por tener agua, superficie y una cultura de trabajo del campo, tiene unos fundamentos competitivos, muy importantes".
"Me gusta dar el ejemplo de que podríamos llegar a ser la Inglaterra de la Revolución Industrial del siglo XVII o XVIII; Rosario podría ser Liverpool o Manchester. Podría ser aquí el centro de eso, pero cuidado: en esa época China tenia fundamentos más positivos que Inglaterra para ser el eje, pero no lo fue porque se cerró y entró en 200 años de oscuridad, con muerte y dolor. Si nosotros vemos la globalización como un problema, si no nos abrimos y no somos inteligentes en el vínculo con lo interno y con lo externo, con el aprendizaje de lo que hicimos bien, tenemos más posibilidades de ser China que Inglaterra, y sería una catástrofe porque el tren pasa por delante y aún no lo dejamos ir".
Por último, Grobocopatel consideró que "la soja debería ser el mejor aliado de la industria", el elemento "que abra los caminos de una producción diversificada". Explicó que "el mundo necesita soja y somos número uno en cantidad y calidad", por lo que "la soja debería ser una causa nacional, así como nos atrae la selección de fútbol".