Mientras la carne vacuna tiene cada vez menos lugar en la dieta, los productores avícolas aumentan su participación. Entre 2006 y este año, la producción de pollos aumentó 80%.
La industria avícola celebró su día con grandes balances y mejores proyecciones, en el extremo opuesto de los frigoríficos vacunos, que viven una crisis histórica.
La primera diferencia entre ambos sectores es que la avicultura cuenta con un alto número de productores que completan el proceso desde la cría hasta la faena, mientras las tareas están divididas en el sector vacuno.
El titular de la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, arrojó cifras de un balance exultante para su sector en los últimos años: al cierre de 2012, la producción de pollos en el país habrá crecido casi 80% en seis años; las exportaciones se habrán duplicado en volumen y crecido 465% en valor. En paralelo, el consumo interno habrá aumentado 40% por ciento.
Mientras tanto, la faena vacuna cayó 18,7% hasta fin de 2011; la exportación del año pasado fue la menor en 22 años y el consumo local desde 2006 se retrajo 12%.
Tras períodos tan dispares, mientras los avicultores reciben créditos para la ampliación de plantas la última línea anunciada la semana pasada por la ministra de Industria, Débora Giorgi el sector frigorífico pide subsidios para pagar sueldos dentro del programa Repro que, por caso, permitió anunciar la reapertura del frigorífico Carnes Pampeanas, que había despedido a 295 trabajadores.
Tres pilares fundamentaron el crecimiento del sector avícola, según resumió Domenech a El Cronista.
En primer lugar las condiciones para abrir las exportaciones que les permitieron crecer sostenidamente.
En segundo término, el acuerdo público privado con el Gobierno por las compensaciones fue una piedra fundamental del progreso. Entre 2007 y 2011, la industria avícola recibió $ 2.100 millones en este concepto, para desacoplar los precios internos del maíz y la soja (insumos alimenticios) de su valor internacional. Si bien los centros de engorde vacuno (feedlots) recibieron compensaciones equivalentes ($ 2.195 millones) el bajo precio de la hacienda, que recién se recompuso a partir de 2011, impidió que le beneficio llegue al ganadero.
En tercer lugar, la suba del precio de la carne impulsó la venta de pollos mercado interno.
Así, mientras un gran número de frigoríficos seguirá dependiendo de la ayuda oficial, el sector avícola planea aumentar su producción 50% para 2020.