Los ministerios de Economía y de Agricultura trabajan contra reloj para brindarle una herramienta más de negociación a la comercialización de trigo, con el objetivo de tener un precio de referencia que permita garantizar el abastecimiento interno. Para esto estudia alguna forma de financiamiento a productores y molineros para operar en el mercado a término.
“La idea es propiciar que la industria compre la mayor cantidad posible del cereal para moler asegurando la cobertura de la plaza local”, explicaron fuentes oficiales que vienen participando con actores de la Mesa Nacional Triguera.
El mecanismo, que pareciera simple, viene generando diferencias entre los operadores. Y es que el problema pasa porque en este tipo de operatoria se debe inmovilizar dinero como una forma de garantía para ambas partes.
Para esto se crearía algún tipo de financiamiento a otorgar por el Banco Nación o el Banco Provincia, que permita darle el ritmo necesario para su implementación.
Otra de las trabas es la falta de conocimiento, lo que impide su uso. En ese sentido, el Gobierno y los operadores brindarían cursos para que, poco a poco, molineros y productores tomen este herramienta como tal.
El fin es claro. Por un lado no es sólo buscar un precio determinado para el trigo sino, y principalmente, que la industria se haga del grano para que de esta forma no haya el faltante que se vio hace un año, y que produjo valores por arriba de los U$S 700 la tonelada, lo que ocasionó subas en la harina y, por ende, un aumento en el pan.
Un tema no menor es el precio a la vista, para que sea conocido por todos, lo que significa igualdad de condiciones para los actores del mercado, señalaron las fuentes. Desde el sector molinero lo toman como “un mecanismo viable más que se puede usar pero también hay otros”. Lo cierto es que no será “compulsivo” sino optativo.
Según los operadores la iniciativa es positiva, pero reconocen que hace falta una exportación de 3 millones de toneladas como mínimo, de lo contrario no se moverá el mercado. A esto se suma la intervención estatal desde 2006, lo que “le sacó liquidez al mercado”, alejando a los productores del cereal.
La calidad y costo de fletes también se vuelven un impedimento a la hora de pensar en el mercado a término. Por lo pronto todo esta “muy verde” y están buscando las soluciones.