En el tablero de control del flamante Ministerio de Agroindustria la misión más urgente será buscar soluciones a la aguda crisis del sector tambero. Los stocks de leche y quesos son tan grandes que si las vacas dejaran de ordeñarse a partir de hoy, la Argentina igual podría atender sin problemas su consumo de los próximos seis meses. Esta situación es catastrófica para los productores, que están en un proceso de franca descapitalización y cobran un 30% menos que a igual fecha del año pasado.
Guillermo Bernaudo, el jefe de gabinete en la cartera agropecuaria, adelantó ayer que se estudian diversas alternativas de socorro al sector, que van desde la continuidad y ampliación del sistema de compensaciones que había instrumentado el ex ministro Axel Kicillof hasta la posibilidad de financiar a las industrias lácteas que también atraviesan problemas. En los últimos meses, los tamberos venían recibiendo del gobierno un aporte de 30 centavos por litro de leche. Pero como los precios continúan bajando, ese subsidio directo podría aumentarse en esta nueva etapa, señaló el funcionario.
Las primeras definiciones llegarán desde la próxima semana. El flamante subsecretario de Lechería, Alejandro Sanmartino, comenzó a citar por separado a todas las entidades de la cadena. La inmensa mayoría dirá que la crisis es la más grave de las últimas décadas. El precio de la leche al productor estaba en abril pasado a 3,30 pesos, pero a partir de allí viene cayendo sin pausa. En la última liquidación, y en un contexto inflacionario, los tamberos cobraron entre 2,10 y 2,50 pesos por litro.
Según Daniel Oggero, de la Asociación de Productores de Leche (APLA), para “lograr una mínima ganancia el tambero debería recibir 4,20 pesos” por litro.
Los elevados stocks internos de productos lácteos tienen mucho que ver con la caída de las exportaciones de leche en polvo y quesos. Los embarques de esos productos han caído cerca del 25% en 2015, en relación al año anterior, debido a la imposibilidad de concretar negocios por el retraso del tipo de cambio. El mercado internacional, además, también padece de un excedente de producción que deprimió los valores a niveles históricos mínimos.
Aunque la falta de competitividad de la Argentina en el mercado internacional podría comenzar a revertirse a partir de las últimas medidas económicas, por ahora la devaluación y la rebaja de retenciones provoca a los productores de leche más dolores de cabeza que beneficios. Y es que uno de los principales insumos de los tamberos es el maíz, que está subiendo aceleradamente de precio. Los alimentos balanceados para las vacas aumentaron ya entre 15 y 20%.