6 Jun 2012
El campo volvió al paro y no comercializará granos y hacienda hasta el miércoles próximo, según anunciaron ayer en conferencia de prensa los titulares de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria (FAA), Coninagro y la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Como se esperaba, la medida nacionalizó protesta iniciada dentro de las fronteras bonaerenses como reacción al revalúo fiscal que el gobernador Daniel Scioli decretó la semana pasada y el aumento del impuesto inmobiliario rural votado por la legislatura bonaerense.
Además, la mesa de enlace extendió esa medida en el tiempo, más allá del domingo, fecha que había puesto como límite la mesa provincial.
Dos días más de cese de comercialización de hacienda apretarán la oferta de carne. Ayer, igual que el lunes, la medida se hizo sentir en los corrales del Mercado de Liniers, al que ingresaron 360 animales contra los más de 2.000 y hasta 4.000 que entran los martes.
Esta semana, la oferta está garantizada, expresó el titular de la Cámara de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams. Pero reconoció que preocupan los primeros días de la semana que viene. Hoy y mañana, recibimos mercadería al mismo precio, dijo, y aclaró que no se justifica un alza de precios, salvo en algún caso muy puntual.
Según Williams, con una faena que se reanudará el miércoles y plantas con alguna capacidad de stock no se puede hablar de desabastecimiento, aunque sí de complicaciones.
En conferencia de prensa, el presidente de la SRA, Hugo Biolcati, afirmó que la idea es no desabastecer en absoluto y consideró que no hay nada de nuestra actitud que justifique que por el paro se registren aumentos de precios.
El otro impacto del paro del campo se sentirá en los puertos, donde no podrán ingresar camiones cargados. En los puertos de Buenos Aires, que desde el sábado no reciben mercadería por el paro provincial declarado la semana pasada, se esperan demoras que impactarán en los costos. Así lo expresó Javier Buján, de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales: En el puerto de Quequén hay unos 17 barcos en rada esperando cargar, básicamente soja, y no podrán ser llenados sin demoras.
Cada buque demorado en el puerto tiene un costo promedio de u$s 70.000 por día, que luego se reparte en la cadena y termina impactando en el precio que se paga al productor.
En estos momentos, cuando el mundo espera la soja argentina, la actividad es mucha, pero por los plazos de la protesta no se esperan grandes problemas en los puertos de Santa Fe.
En los considerandos de la declaración de paro nacional que dio a conocer la mesa de enlace ayer, los dirigentes apuntan a la política comercial de Guillermo Moreno , que destruyó en los últimos seis años el mercado de trigo. Además, las entidades indicaron que por las retenciones, el campo en algunas actividades vende su producción a un dólar de $ 2,80, adquiriendo muchos de sus insumos a un dólar valuado entre $ 5,80 y $ 6, fruto de las crecientes restricciones implementadas a partir del 31 de octubre de 2011. Esta situación ayuda a alimentar los costos de producción crecientes contra los que también reclama el campo, además de sumar a esto la falta de diálogo con el gobierno nacional.
Las críticas apuntaron también al ahogo fiscal que derivó en aumentos del impuesto inmobiliario rural en Buenos Aires y Entre Ríos.
Pese a que el enojo es mucho, por lo bajo también hubo disensos en el campo con la medida anunciada por los ruralistas a partir de la suba de impuestos en Buenos Aires, cuando en otras provincias, se negocia un aumento escalonado del inmobiliario rural.
Fuente: El Cronista
Como se esperaba, la medida nacionalizó protesta iniciada dentro de las fronteras bonaerenses como reacción al revalúo fiscal que el gobernador Daniel Scioli decretó la semana pasada y el aumento del impuesto inmobiliario rural votado por la legislatura bonaerense.
Además, la mesa de enlace extendió esa medida en el tiempo, más allá del domingo, fecha que había puesto como límite la mesa provincial.
Dos días más de cese de comercialización de hacienda apretarán la oferta de carne. Ayer, igual que el lunes, la medida se hizo sentir en los corrales del Mercado de Liniers, al que ingresaron 360 animales contra los más de 2.000 y hasta 4.000 que entran los martes.
Esta semana, la oferta está garantizada, expresó el titular de la Cámara de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams. Pero reconoció que preocupan los primeros días de la semana que viene. Hoy y mañana, recibimos mercadería al mismo precio, dijo, y aclaró que no se justifica un alza de precios, salvo en algún caso muy puntual.
Según Williams, con una faena que se reanudará el miércoles y plantas con alguna capacidad de stock no se puede hablar de desabastecimiento, aunque sí de complicaciones.
En conferencia de prensa, el presidente de la SRA, Hugo Biolcati, afirmó que la idea es no desabastecer en absoluto y consideró que no hay nada de nuestra actitud que justifique que por el paro se registren aumentos de precios.
El otro impacto del paro del campo se sentirá en los puertos, donde no podrán ingresar camiones cargados. En los puertos de Buenos Aires, que desde el sábado no reciben mercadería por el paro provincial declarado la semana pasada, se esperan demoras que impactarán en los costos. Así lo expresó Javier Buján, de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales: En el puerto de Quequén hay unos 17 barcos en rada esperando cargar, básicamente soja, y no podrán ser llenados sin demoras.
Cada buque demorado en el puerto tiene un costo promedio de u$s 70.000 por día, que luego se reparte en la cadena y termina impactando en el precio que se paga al productor.
En estos momentos, cuando el mundo espera la soja argentina, la actividad es mucha, pero por los plazos de la protesta no se esperan grandes problemas en los puertos de Santa Fe.
En los considerandos de la declaración de paro nacional que dio a conocer la mesa de enlace ayer, los dirigentes apuntan a la política comercial de Guillermo Moreno , que destruyó en los últimos seis años el mercado de trigo. Además, las entidades indicaron que por las retenciones, el campo en algunas actividades vende su producción a un dólar de $ 2,80, adquiriendo muchos de sus insumos a un dólar valuado entre $ 5,80 y $ 6, fruto de las crecientes restricciones implementadas a partir del 31 de octubre de 2011. Esta situación ayuda a alimentar los costos de producción crecientes contra los que también reclama el campo, además de sumar a esto la falta de diálogo con el gobierno nacional.
Las críticas apuntaron también al ahogo fiscal que derivó en aumentos del impuesto inmobiliario rural en Buenos Aires y Entre Ríos.
Pese a que el enojo es mucho, por lo bajo también hubo disensos en el campo con la medida anunciada por los ruralistas a partir de la suba de impuestos en Buenos Aires, cuando en otras provincias, se negocia un aumento escalonado del inmobiliario rural.
Fuente: El Cronista