Por estas horas, las máquinas sembradoras salen al campo para iniciar la nueva campaña 2016/17, en donde sólo para la producción de granos, el campo destinará más de 12.000 millones de dólares.
"A fin de año, clima mediante, podemos llegar a tener casi el triple de lo necesario para consumo interno, permitiendo de esta manera exportar 10 millones de toneladas, lo que se traduciría en 2 mil millones de dólares, generando así divisas para el país que representan inversión, trabajo y arraigo en toda la Argentina", dijo Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), de cara a una nueva campaña.
Según un estudio del Instituto de Estudios Económicos y de Negociaciones Internacionales (IEEyNI) de la SRA, sobre la base de datos estadísticos, el área sembrada de trigo crecerá un millón de hectáreas, un 30% más que en 2015, invirtiéndose cerca de 1.400 millones de dólares, un 27% más que la campaña anterior. "De esta manera podremos llegar a fin de año generando 500.000 viajes de camiones, 100.000 más que la anterior campaña", sostuvieron.
Las exportaciones de trigo de la Argentina crecieron más de un 100% interanual en el primer trimestre de 2016, debido a que los agricultores se lanzaron a vender cereal retenido luego de que el Gobierno de Mauricio Macri eliminó los ROE (permisos de exportación) y las retenciones que regían sobre las ventas al exterior.
Entre enero y marzo se exportaron 3,13 millones de toneladas de trigo, desde 1,53 millón vendidos en el mismo período de 2015. La amplia oferta de trigo argentino se produjo en momentos en que los inventarios globales están en niveles récord y los precios rondan sus mínimos en seis años.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires sostuvo que podría elevar su estimación de un incremento del 25% en la superficie de trigo, dependiendo del ritmo al que los campos se recuperen de las graves inundaciones que sufrieron en abril importantes regiones agrícolas del país.
La utilización de insumos estratégicos como los fertilizantes, tan necesarios para reponer los nutrientes al suelo, mejorar la productividad y la calidad de los granos, llegaría a los 3,3 millones de toneladas, con un crecimiento de 800 mil toneladas respecto a la campaña 2015/2016; es decir, alrededor de un 30% más, generando a su vez mayor demanda de transporte y su acondicionamiento.