La campaña norteamericana de cultivos de verano ha concluido en los EE.UU. y se sigue desarrollando favorablemente en nuestra región. Aunque ya han finalizado los habituales informes semanales del USDA referidos al avance de la cosecha norteamericana, son varios los estados que reportan demoras en el saldo remanente a recolectar, como Wisconsin o Minnesota, con solamente un 78% y un 77% recolectado, respectivamente. Se espera que una buena parte de estas áreas pueda ser cosechada en lo que resta de este mes o eventualmente con la llegada de la primavera boreal.
En relación con nuestra región, la siembra de soja avanza a buen ritmo, con buenas condiciones generales en esta etapa inicial.
La consultora estadounidense Informa Economics proyecta que la próxima cosecha brasileña de maíz alcanzará los 68,7 mill./t, en comparación con su estimación anterior de 69,7 mill./t. La de soja fue proyectada en 93,5 mill./t, comparado con 93 mill./t del informe previo.
En relación con nuestro país, Informa estima producciones de 22 mill./t y 55,5 mill./t para maíz y soja, respectivamente. El mes anterior, estas cifras eran de 23 mill./t y 56 mill./t.
Para trigo, Informa proyecta ahora que la Argentina producirá 12,5 mill./t, levemente por debajo de los 12,6 mill./t estimados anteriormente.
El mercado de trigo opera con firmeza, por el mal clima reinante en Rusia, donde las bajas temperaturas podrían dañar la cosecha. Además, se requerirá de abundantes lluvias en la primavera para evitar mayores pérdidas en los rendimientos. También se teme que esta nación resuelva medidas tendientes a restringir las exportaciones de trigo, algo similar a lo acontecido en 2010. El trigo viejo sigue siendo retenido por los productores rusos ante la firmeza de los precios domésticos, impulsados por la debilidad de su moneda local, el rublo, lo que alimenta la teoría de que en este invierno las ventas se realizarán pausadamente.
Los precios del trigo en la CEE ya se ubican en los máximos en cinco meses, aproximándose a los 200 euros por tonelada.
En la Argentina, la proximidad de la cosecha del sudeste de la provincia de Buenos Aires y la falta de una demanda concreta que pueda neutralizarla preocupan a nuestros productores locales.
En Australia, ABARE redujo nuevamente su proyección, estimando una producción de 23,22 mill./t, un millón menos que su proyección anterior, citando problemas de crecimiento por la sequía. El USDA estima una producción de 24 mill./t en su último informe, aunque probablemente reduzca esta estimación en el próximo informe.
En un trabajo en el que participó el Consejo Exportador de Soja de los EE.UU. (USSEC, en sus siglas en inglés), se describen las diferencias en las facilidades para exportar de los tres principales productores de soja del mundo: EE.UU., Brasil y la Argentina.
El documento resalta la infraestructura de los tres países y subraya que, en los EE.UU., la mercadería debe atravesar, en promedio, las mayores distancias para arribar a los puertos de la zona NOLA (New Orleans/Louisiana) y PNW (Noroeste del Pacífico). Pese a estas extensas distancias, la eficiencia del sistema ferroviario y fluvial permite que la mercadería arribe puntualmente y se embarque rápidamente, con demoras limitadas. La importante escala de transporte por ambas vías permite que el flete por tonelada cargada no resulte tan significativo.
El trabajo destaca que en nuestro país la soja llega a los puertos principalmente por camiones, y la mayoría de las distancias a los puertos o fábricas es de entre 200 a 350 km de distancia. Los puertos, por lo general, son de fácil acceso, sobre una infraestructura vial aceptable. La mayoría de la soja es procesada localmente, lo que obliga a una capacidad de almacenaje amplia, que en general impide que las demoras sean de gran significación.
Brasil cuenta con una infraestructura bastante deficiente para el manejo de las exportaciones de granos. La región de mayor crecimiento productivo en el curso de los últimos cinco años ha sido el centro-oeste del Mato Grosso, donde la infraestructura de transporte y el almacenaje no crecieron en la misma proporción.
El 61% de la soja se transporta por camiones, a través de extensas distancias y por caminos deficientes, muchos de ellos ni siquiera pavimentados, lo que genera pérdidas en el acarreo. La Universidad de Illinois estima que se pierde el 3% de la cosecha en el proceso de ser transportada a los elevadores portuarios.
Subrayando algunas diferencias entre Brasil y nuestro país, el trabajo destaca que la mayoría de los puertos argentinos son privados y más eficientes que los de nuestro país vecino, en el que son públicos e ineficientes, en su gran mayoría. Como resultado, nuestros productores no experimentan las demoras de los brasileños, que en épocas de cosecha deben realizar colas de hasta 50 km para poder descargar mercadería en puertos como Paranaguá o Santos.
Ricardo Baccarín