Los productores están demorando todo lo posible sus ventas de soja, que a esta altura del año resultan 35% menores a las de igual fecha de 2012. Todavía no lo hacen como método de protesta sino para resguardar el valor de su próxima cosecha ante la incertidumbre económica y sobre todo cambiaria. La situación, que retrasa la llegada de dólares al mercado, podría agravarse si la Mesa de Enlace concreta, a partir de abril, su amenaza de un cese de la comercialización del principal cultivo del país.
Que los productores están remisos a vender lo marcan datos del Ministerio de Agricultura: los exportadores y la industria aceitera llevan compradas cerca de 6,64 millones de toneladas de soja "nueva", es decir de la cosecha 2012/13, que recién comenzará a llenar los silos dentro de un par de meses.
Este volumen de operaciones anticipadas es 35% menor a las 10,30 millones de toneladas que ya se habían adquirido para esta época de la campaña anterior. Peor aún, en aquel momento los "traders" habían comprado 25% de una cosecha que fue de 40 millones de toneladas. Ahora recién cambió de manos el 13% de la nueva cosecha, estimada en 50 millones. Queda claro que solo los productores ahogados en deudas o con necesidad de financiarse han aceptado adelantar ventas. Los analistas saben que la inmensa mayoría de los chacareros tratará de estirar todo lo posible ese momento, pues al impacto de las retenciones sobre su ecuación económica (la soja tributa 35% y por lo tanto equivale a un dólar de 3,25 pesos) se le suma ahora el temor a una drástica corrección cambiaria, alimentado por la actual brecha entre el dólar oficial y el llamado "blue". Los analistas creen además que, por ser este un año electoral, esta incertidumbre se extendería por lo menos hasta después de octubre.
La campaña comercial sojera tiene relación directa con la salud económica, pues los exportadores y aceiteras siempre han dicho que liquidan sus divisas (traen dólares desde el exterior) al momento de comprar la cosecha a los productores. Es por ello que este año ya se nota una merma de "agrodólares" en el mercado financiero. Según Ciara-Cec, hasta el 13 de febrero ese sector había liquidado 1.589 millones de dólares, muy por debajo de los 2.600 millones de los primeros 45 días de 2012 o de los 2.200 millones de 2011.
La AFIP, con su habitual torpeza, mandó cientos de inspectores a buscar productores que no habían vendido todavía el remanente de la cosecha 2011/12. Pero en el campo se almacena menos de un 5% de aquella producción, y su venta poco podría alterar la aguja de la balanza cambiaria. Los dólares que harían ruido son los de la cosecha por llegar. Y nadie puede obligar a los chacareros a vender algo que ni siquiera cosecharon todavía.
Advertidos de que la escasez de dólares es un punto flaco para el gobierno, tras la asamblea de productores realizada este viernes en Pehuajó, los popes de la Mesa de Enlace comenzaron a advertir que en abril podrían lanzar una protesta que pegue allí donde duele: podrían plantear que no se venda soja.
Desde el vamos, la realidad está favoreciendo esa situación.
Matías Longoni