En un nuevo cruce con los Estados Unidos por el reclamo ante la Organización Mundial de Comercio, la Cancillería respondió ayer a la "sorpresa" que manifestó el vocero del departamento de Comercio estadounidense y destacó que el país viene reclamando "durante casi una década" sobre los requisitos fitosanitarios de Washington. Fuentes oficiales consideraron que Estados Unidos se dedicó a dilatar las soluciones.
La decisión de llevar ante la OMC las trabas comerciales que impiden el ingreso de carnes, limones y otros cítricos al mercado estadounidense se justifica por las negociaciones "sin éxito" según la Cancillería.
"Es evidente que las trabas impuestas a los productos argentinos son parte de una política proteccionista inconsistente con las normas de la Organización Mundial del Comercio", reiteró el área a cargo de Héctor Timerman.
A través de un comunicado, la Cancillería sostuvo que "las propias estadísticas de la OMC muestran que el gobierno de Estados Unidos ha sido el destinatario de una de cada cuatro controversias por barreras comerciales planteadas por los países miembros de la OMC ante su Tribunal".
China, por ejemplo, anunció ayer que pedirá a la OMC que se pronuncie sobre la disputa por los aranceles de importación punitivos establecidos por Estados Unidos sobre 22 exportaciones chinas, que incluyen paneles solares y productos de acero, en una medida que agudiza la pugna entre las dos grandes economías.
SUBSIDIOS. El Gobierno cuestionó además los u$s120.000 millones anuales que Estados Unidos dirige a subsidiar directamente a su sector agrícola. "Esta transferencia de recursos impide el desarrollo de un comercio mundial más equilibrado y justo. El reclamo por los subsidios forma parte de la negociación que a gran escala divide a emergentes y desarrollados en la llamada Ronda de Doha, un ámbito de negociación dentro de la OMC que tiene como objetivo 'liberalizar el comercio' pero con la condición de favorecer a los países en desarrollo, un toma y daca completamente estancado desde 2008.
Para la Argentina, esos subsidios generan distorsiones que desalientan la producción en otros países que pasan a ser menos competitivos, por lo que también son considerados una forma de "proteccionismo".
La sorpresa del representante de Comercio estadounidense alude, en tanto, a una suspicacia que circula en el ambiente diplomático: que la negociación se estaba llevando adelante y que la queja formal fue en represalia al reclamo de Washington por las medidas de comercio administrado como licencias no automáticas, declaraciones juradas anticipadas de importación y la compensación de la balanza comercial de cada empresa, entre otros puntos.
"La Argentina es el primer productor mundial de limones. Vendemos limones a Europa, Asia y África. Sin embargo, ni un solo limón argentino puede ingresar al mercado estadounidense. Eso es proteccionismo", ponderó el diplomático.
Para el ex negociador de la Cancillería, Raúl Ochoa, a nivel mundial las restricciones van por el lado de las normas técnicas y fitosanitarias. "La Argentina en cambio toma restricciones generales. Eso hace que sea más fácil identificarlas como una restricción", explicó.
Para el especialista, la protección debería ir "mucho más allá de las restricciones. Lo que se busca es desarrollar una industria". En ese sentido, puso como ejemplo a Brasil, que estableció exigencias técnicas que requieren la certificación de normas, por ejemplo, para el sector automotriz. "Las normas técnicas están en permanente evolución y eso obliga a adaptarse", indicó Ochoa.
Patricia Valli