Con una capacidad “prestable” limitada a poco más de $ 300 millones, el Fondo para la Transformación y Crecimiento arranca la temporada 2016 en busca de más recursos para hacer frente a la demanda de financiamiento del sector primario. De ese volumen, alrededor del 50% está comprometido a los créditos para cosecha y acarreo de uva lanzado ayer que inauguran el calendario 2016, con lo cual la búsqueda de refuerzos por parte del Banco Nación es por ahora la luz al final del túnel para el organismo.
“Frente a las urgencias financieras, el problema principal es el fondeo. La Provincia está haciendo un gran esfuerzo aportando recursos propios necesarios para esta operatoria (de cosecha y acarreo); por eso trataremos de trabajar con el Nación y de subsidiar tasa. Eso permitiría expandir la capacidad prestable y el costo sería bastante inferior al de salir sólo con créditos propios”, explicó el nuevo presidente del FTyC, Sergio Moralejo, que fue puesto en funciones ayer.
La nueva conducción espera que las conversaciones para ampliar la línea de crédito con el gerente regional del Nación, Gustavo Garavaglia, y la mendocina Ercilia Nofal, que ocupa un sillón en el directorio, lleguen a buen puerto. Y apuntan a lograr otros $ 100 millones, si se aprueban.
De hecho, al asumir su cargo Nofal, economista con casi 2 décadas de carrera en la entidad, anticipó en declaraciones periodísticas que procurará “acelerar los créditos para el sector productivo, frutihortícola y vitivinícola” para las economías regionales que, como la de Mendoza, “fueron vapuleadas por el gobierno anterior”. Y que, para eso, trabajará “muy de cerca con el ministro Enrique Vaquié”.
Actualmente, en números gruesos el Fondo dispone de unos $ 320 millones para prestar. Poco margen si se tiene en cuenta que prácticamente la mitad ya se asignó a los gastos de la vendimia venidera, y aún quedan varias cosechas por delante, sin contar otras operatorias crediticias del ente, que lo colocan frente a la necesidad de un fondeo específico.
Fideicomisos y recupero
De ahí que otro propósito sea una reformulación de los 26 fideicomisos de compra que hasta ahora se habían constituido junto a Mendoza Fiduciaria SA, para revisar su utilidad fuera de las garantías (ver). Una herramienta que en los años anteriores apuntó a sostener, entre otros sectores, el precio del mosto y de frutas de carozo como durazno y damasco.
Para Moralejo, “lo que tratamos de hacer con la asistencia es que se actualicen los valores deprimidos que existen, como en el caso de la vitivinicultura, desde hace dos o tres años. La cuestión central es que, con la actualización del tipo de cambio y el fin de las retenciones, el mercado se tonifique como ya empezó a pasar con el mosto; al añadir la medida por los sobreestocks, es previsible un escenario mejor al del 2015”.
En el mismo tren, más allá del fin del cepo la vuelta de las líneas en dólares, algo que nuevamente no asoma tan fácil por las mismas limitaciones. “Dependerá de la demanda existente, teniendo en cuenta que la disponibilidad hoy es limitada y lo que razonablemente se puede hacer es flujo con préstamos medianos y chicos”, remarcó el nuevo presidente del FTyC.
Créditos al 12,5% y premios por cumplir
El Gobierno destinará $ 150 millones para financiar cosecha y acarreo de uva, supeditado al tipo de producto. La particularidad es que la operatoria incluye $ 50 millones para “premiar” el comportamiento crediticio de los últimos 3 años vía préstamos pre-aprobados, para acelerar el trámite y el pago.
A los solicitantes tempraneros el crédito resultará más barato: 12,5% antes del 31 de enero (el 50% de la tasa que ofrece el Nación), que pasará al 17,5% en febrero. El pago queda atado al ciclo comercial: en 2 cuotas, entre el 15 de noviembre, y el 15 de enero de 2017.
Hasta 4.000 quintales es el tope para uva varietal y de 6.000 para la criolla, lo que implica llegar a productores de hasta 30 hectáreas. Las garantías pueden ser sobre el vino elaborado (Mendoza Fiduciaria), hipotecas, prendas de automotores o fianza extendida por entidades o SGR, pero el Ejecutivo pretende además “atar” el otorgamiento a bodegas al pago de un precio acorde por la uva, articulándolo a las licitaciones para recortar sobre stocks.
Globalmente, la operatoria supera los $ 130 millones de 2015. Según Moralejo, “el año pasado alcanzó a 1.600 productores. Esta vez el objetivo es asistir a 2.000, lo que representa 20% del total, una apuesta fuerte pese a los problemas. Sobre todo si el mayor número de créditos se presenta en enero, para que llegada la cosecha el productor no sufra descalces”.
Pero el recurso podría potenciarse para llegar a un número mayor de productores, siempre que pueda acordarse un crédito complementario del Nación, con subsidio de tasa para mantener el costo financiero al mismo nivel.