Según el productor Ricardo Negri, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), “cada año comprobamos que la oleaginosa se defiende muy bien en condiciones climáticas diversas. Y todo ello en el marco del desplazamiento de la producción que se da en casi todas las zonas hacia ambientes menos favorecidos –a excepción del Sudeste bonaerense–”.
En su informe mensual del 18 de abril, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MINAGRI), indicó que se sembraron 1,65 millones de hectáreas, es decir, un 10,8% menos que en la campaña pasada, con una producción de 3,1 millones de toneladas, es decir un 7,2% menos.
Para Luis Arias, socio de Cazenave y Asociados, el área ha disminuido en parte como resultado de los problemas climáticos registrados en el país (excesivas precipitaciones en octubre y noviembre, con pérdidas de superficie mayores a la de las campañas anteriores).
“Pero también por el contexto político y económico que incluye un dólar-girasol cuyo valor actual está en el orden de los 3,49 pesos (es decir, de 5,138 pesos menos las retenciones), que no se condice con la economía real del país”, acotó Negri para recordar que el cultivo es una herramienta clave para productores de varias zonas del país, como el NEA o La Pampa, por lo que las condiciones de presión impositiva, retenciones e incrementos de costos lo afectan de plano.
De todas maneras, la tecnología en híbridos y la experiencia en manejo del cultivo le otorgan al girasol una óptima performance a campo que es puesta de manifiesto campaña tras campaña. En algunas zonas, como el Chaco y La Pampa, el problema de las aves persiste desalentando la siembra en algunas subregiones particulares. Sobre este tema, ASAGIR junto al MINAGRI y el INTA, estarán presentando el próximo 15 de mayo en General Pico los resultados de un estudio encarado en La Pampa para evaluar los daños ocasionados por palomas en girasol.
Los números
Según lo destacado por el asesor económico de ASAGIR, Jorge Ingaramo, en base a los datos proporcionados por el MINAGRI, las exportaciones del complejo girasolero para esta campaña serían de 1.026 a 1.147 millones de dólares, y se acumularían unas 200.000 toneladas adicionales.
Por su parte, el valor del negocio del girasol, a precios internacionales, puede situarse entre los 1.920 y 2.041 millones de dólares. En tanto la recaudación por retenciones a la exportación oscilaría entre los 308 y 345 millones de dólares, y las pérdidas adicionales de las ventas de los productores al mercado interno, también sometidas al precio FOB menos retenciones, serían de 270 millones de dólares.
En detalle, el sector arrancó con un stock inicial de 280.000 toneladas. La industria molerá 2,85 millones de toneladas, (50.000 toneladas serán exportadas como grano) y retendrá un stock final de 480.000 toneladas.
El rendimiento por hectárea estimado ronda los 19,3 quintales y, a los precios FOB del 24 de abril, se exportarían aproximadamente 1.026 millones de dólares; por lo cual, una estimación simple del valor total del negocio alcanzaría los 1.920 millones de dólares, incluyendo la variación de stocks.
Por otra parte, para la Bolsa de Cereales el área sembrada fue de 1,8 millones de hectáreas, un 3,2% inferior a la de la campaña pasada y se habrían perdido más de 105.000 hectáreas, es decir, un 65% más que hace un año. Con un área cosechable de 1,69 millones de hectáreas y un rinde de 19,5 quintales, se obtuvo una producción de 3,3 millones de toneladas es decir, un 8,3% menos que en la campaña pasada. El rinde medio nacional es inferior al logrado hace un año, que fuera de 20 quintales.
Por regiones girasoleras
Según la regionalización que practica la Bolsa de Cereales, cinco regiones concentran el 89,8% del área total. Veamos que ocurrió con cada una de ellas:
- En la región del NEA –principalmente el Chaco– el área sembrada fue 37% superior a la anterior, lográndose 370.000 hectáreas implantadas, lo que representa un 20,5% del total país. Se perdieron 24.000 hectáreas y se lograron 16,5 quintales por hectárea con una producción de casi 571.000 toneladas, es decir, un 26,5% de suba. El rinde medio fue un quintal inferior al del año pasado, probablemente porque se incorporaron lotes de menor calidad, que habían sufrido en la campaña anterior una fuerte sequía. Ello indujo a los productores de la región a una mayor siembra de la oleaginosa, para recuperar sus finanzas hacia fines de 2012, luego de la bancarrota que les produjo la soja a principios del mismo año.
- En el Centro-Norte de Santa Fe, el área aumentó 11,4% lográndose 195.000 hectáreas implantadas, un 10,8% del total país. Se perdieron 7.500 hectáreas y se lograron 19 quintales por hectárea (uno menos que el año anterior) con una producción de algo más de 356.000 toneladas, es decir, un 6% de mejora.
- En la región Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires el área cayó 37,8%. Se implantaron 115.000 hectáreas y se perdieron 20.000. El área regional representó el 6,4% de la nacional. Se lograron 21 quintales por hectárea, algo más que los 20,5 del 2012. La producción fue de 199.000 toneladas, es decir, un 45,2% menos que hace un año.
- En el Sudoeste de Buenos Aires-Sur de La Pampa el área fue prácticamente similar (1% de caída), registrándose 460.000 hectáreas, un 25,5% del total país. Se perdieron 17.000 y se logró un rinde levemente superior al del año anterior (17,5 quintales versus 17). Se obtuvieron algo más de 775.000 toneladas, es decir, un 2,2% de suba.
- En el Sudeste bonaerense, la principal región girasolera (26,4% del área nacional), se sembró un 13,4% menos, alcanzando la cifra de 476.000 hectáreas, de las cuales se perdieron 20.000. El rinde fue exactamente igual (23,5 quintales por hectárea) y se lograron casi 1,07 millones de toneladas, es decir un 15% menos que en la campaña pasada.
- En la Cuenca del Salado se sembró un poco menos que en la campaña anterior, es decir 73.000 hectáreas, que produjeron un rinde de 22 quintales, uno menos que el año anterior.
- En el Centro de Buenos Aires se sembró mucho menos que el año anterior, apenas unas 27.000 hectáreas y se obtuvo un rinde de 22 quintales, también aquí uno menos que en el año anterior.
- En San Luis se sembraron 32.000 hectáreas, 5.000 menos que el año anterior y se obtuvo un rinde levemente inferior (13 quintales, contra 14 logrados en 2012).