En 2012, el cepo al dólar y el freno a la compra de tierras por parte de extranjeros, que según algunas fuentes representaban un 20% de la demanda, pero con poder de fuego, pusieron en terapia intensiva el mercado de campos. De Norte a Sur, se paralizaron los negocios. Las operaciones cayeron entre un 50 y un 70% y los precios se resintieron. En la pampa húmeda la baja se ubicó en torno del 15%, mientras en las zonas más marginales la merma se estiró hasta el 20 por ciento.
Una de las pocas operaciones de envergadura de los últimos meses que trascendió es la que integrantes de la familia Perez Companc habrían realizado al desembolsar entre 50 y US$ 60 millones por tierras en el sudeste bonaerense.
El país fue la contracara de lo que ocurrió en la región. En las naciones vecinas los precios de los campos subieron entre un 7 y un 10 por ciento.
"La dificultad de operar libremente en un mercado local de tierras dolarizado desde hace más de 35 años y los inconvenientes para repatriar los capitales extranjeros o reenviar utilidades al exterior generaron una pérdida de competitividad de la tierra argentina dentro de la región y en el mundo. Esta complicación se sumó a otras, como la ley de extranjerización de tierras y la falta de políticas de incentivación a la producción", señaló Cristián Beláustegui, integrante de Compañía Argentina de Tierras (CAT).
Beláustegui apuntó que hoy la Argentina tiene una tasa de riesgo más alta que los países vecinos. "Bajo la mirada de los inversores internacionales, cada país de la región tiene su tasa de riesgo. La Argentina, sin duda, es la zona núcleo de la región, pero su tasa de riesgo hoy es alta", remarcó.
La síntesis de lo que se vio el año pasado en las naciones vecinas es el siguiente resumen que aportó Beláustegui: "En Uruguay y en Brasil los precios subieron entre un 7 y un 10 por ciento, mientras que en Paraguay y Bolivia se mantuvieron firmes y estables".
¿Por qué los precios aquí bajaron mientras en otros países subieron?, le preguntó La Nacion a Roberto Frenkel Santillán, vicepresidente de Bullrich Campos y presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR). El especialista se refirió al impacto del cepo y al límite a los extranjeros y agregó: "Acá la baja fue por un tema político y económico y porque no hay incentivos para producir más".
Frenkel Santillán fustigó que el cepo al dólar haya producido "un parate importante en el mercado" local de campos. "Quisieron que la gente atesorara en pesos, pero el peso como moneda de ahorro fracasó rotundamente. Nadie va a guardar pesos en un cajón", señaló.
Federico Nordheimer, director de la Inmobiliaria Nordheimer, también destacó la firmeza de los precios de los campos en la región y opinó que en la Argentina la baja fue por falta de "confianza".
"En los países vecinos y en los Estados Unidos los precios están firmes y en aumento. La realidad es que hoy la agroindustria está en un excelente momento", precisó. Según Nordheimer, "el tema de la baja [en el mercado local] es por una cuestión de confianza y económica".
"A esto se suma que la ganancia está siendo cada vez menor y baja la renta. Entonces, el productor tiene que arriesgar mucho para ganar poco", señaló.
CONTRASTES
Mariano Maurette, de la sección campos de Álzaga Unzué & Cía., también destacó el contraste entre la Argentina y los países vecinos.
"Pareciera ser que la baja que sufrió el valor de la tierra acá no deja de tener un componente político. Es decir, la coyuntura internacional no ha variado y los países de la región siguen con el viento de cola que nosotros también tuvimos hasta fines de 2011. Pero nuestro mercado se atrancó cuando aparecieron los controles cambiarios, la ley de tierras e inclusive los costos de producción que suben", evaluó.
Para Marcos Lanusse, consultor, la baja del precio estuvo influida por varios factores, pero los preponderantes fueron el cepo y la ley de tierras. "Creo que en la Argentina influyeron algunos factores internos que no existieron en otros países de la región. En primer lugar, los campos en la Argentina venían hasta 2010 mostrando una suba paulatina de sus cotizaciones, muy por encima de los precios de los campos en otros países de la región. En2011, si bien muchos de los propietarios que ofrecían sus campos a la venta intentaban seguir la escala alcista la demanda aflojó su intensidad y a fines de 2011 se inició el cepo cambiario que generó mucha incertidumbre en el mercado. Luego salió la ley de tierras y con ella se retrajo la demanda de compra por parte de extranjeros", opinó.
Desde la consultora Openagro, Guillermo Villagra, socio de esa firma, consideró que los países vecinos supieron sacarle provecho a las malas medidas tomadas en la Argentina. "Obviamente, los países vecinos se beneficiaron con las medidas que tomó nuestro país. Entre el cepo al dólar y la ley de tierras, que impide comprar más de 1000 hectáreas, los potenciales inversores han decidido mirar otros países, como Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia", señaló.
Para Villagra, la ley de tierras fue un elemento central para que los campos no siguieran la tendencia alcista de los países de la región.
"La clave principal es la ley de tierras. Desde que se aprobó, existen muchísimas dudas sobre su funcionamiento. Estas cosas hacen que los inversores salgan espantados y busquen otras posibilidades", subrayó.
Con retenciones, trabas, presión tributaria en alza y diversas dificultades para producir, la rentabilidad en la Argentina no pasa por un buen momento. Hay comparaciones que dicen que mientras aquí un campo agrícola de 1000 hectáreas explotado por su dueño podría dejar de 2 a 2,5% el mismo caso en Uruguay estiraría ese porcentaje a 5 o algo más.