La concreción del primer embarque de carne ovina sin hueso para el mercado estadounidense, que se concretó ayer desde el Frigorífico San Jacinto, fue el ámbito elegido por el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, y la embajadora de EEUU, Julissa Reynoso, para recordar que aún quedan temas pendientes en una relación comercial que quiere redoblar la apuesta.
Por el lado de Uruguay, Aguerre agradeció la apertura del mercado de EEUU para la carne ovina desosada, cerrado desde 2001 por la aparición de la fiebre aftosa y reabierto en noviembre pasado, al tiempo que reafirmó que el mercado estadounidense es “importante y estratégico” para Uruguay
Por el lado de EEUU, Reynoso agradeció el reconocimiento que hizo Uruguay al estatus sanitario estadounidense en el mal de vaca loca y recordó que Uruguay es el único país del mundo libre de fiebre aftosa con vacunación que tiene acceso al mercado estadounidense y que antes de abrirse a la carne ovina desosada uruguaya autorizó el ingreso de los arándanos en 2007 y de la fruta cítrica en 2013.
Sin embargo, en una clara señal de que quieren profundizar la relación comercial, hubo reclamos de ambas partes.
Por el lado de Uruguay, Aguerre recordó que está en trámite el pedido de habilitación del mercado estadounidense para la carne ovina con hueso, que es la más valiosa.
Por el lado de EEUU, Reynoso auguró que los uruguayos “puedan disfrutar” en corto plazo de “productos estadounidenses seguros”, como la molleja y el pavo que están pendientes de aprobación por parte de Uruguay.
La lluvia no impidió realizar una pequeña recorrida por las instalaciones del San Jacinto hasta llegar al contenedor que se completó a la vista de los visitantes.
El presidente del frigorífico, Gustavo Dieguez, reseñó la historia del operativo cordero pesado –la carne exportada provino de esa categoría de animales–, que se inició en 1996, agradeció a las autoridades, instituciones, productores y personal de la empresa, y deseó que los mercados se expandan.
Ganado en pie
Por otra parte, el ministro Aguerre, dijo que el negocio de exportación de ganado en pie cayó porque el precio del ternero en Uruguay subió y en Brasil disminuyó. Lo que Uruguay dejó de exportar es lo que Brasil creció, explicó.
Luego agregó que Turquía no era un mercado abierto porque lo direccionaba a través de los aranceles. Aguerre dijo que los terneros valen en Uruguay más que los de los países competidores porque hay una cadena industrial que, con oscilaciones, viene subiendo el precio y lo traslada a los productores.