La decisión de Brasil de fijar licencias no automáticas al ingreso de vino argentino impactaron de lleno en las ventas de la industria local al país vecino, tercer destino en importancia.
Por las demoras en el ingreso, aplicadas desde mayo, las exportaciones de vino en botella a Brasil cayeron en el primer semestre 28,1% en volumen, frente a igual lapso de 2011, a 595.451 cajas de nueve litros, y 22% en dinero, a u$s 20,91 millones FOB, según datos de la consultora Caucasia Wine Thinking para Vinos de Argentina.
La exportación total, a todo el mundo, creció 1,7% en dinero y cayó 5,4% en volumen, afectada por la menor competitividad de los vinos más baratos, de menos de u$s 28 por caja.
El saldo semestral a Brasil fue negativo por el impacto de mayo y junio, ya que de enero a abril, había crecido 1,5% en litros y 8,3% en divisas. "Se redujeron principalmente por las licencias no automáticas implementadas por Brasil; cuando hay alguna disputa en otro sector de la economía, porque el gobierno argentino busca defender nuestra industria, aparecen estos problemas con Brasil", comentó a El Cronista Guillermo García, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que depende de Agricultura de la Nación.
No es la primera vez. Dos años atrás, también Brasil respondió con restricciones a los vinos locales, industria en la que la Argentina es más fuerte que su vecino, cuando el Gobierno local aplicó trabas a productos brasileños de otros sectores.
"Si bien aún no están los datos definitivos, en julio las ventas a Brasil volvieron a crecer, si bien no recuperó aún lo perdido en mayo y junio", admitió García.
En tanto, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, una de las entidades que nuclea a las empresas vitivinícolas locales, explicó que, por las licencias, las exportaciones estuvieron "suspendidas durante un tiempo, hasta que empezaron a salir pero recién a 60 días. Muchos importadores se manejaban con poco stock, porque, por la cercanía, llamaban cuando necesitaban más vino y en 15 o 20 días tenían el pedido". Pina agregó que "eso generó otros problemas, porque los importadores que no podían esperar 60 o 70 días a recibir el pedido, compraron a otros países. Nos va a costar unos meses recuperarnos y es preocupante, porque Brasil es un mercado importante, de cercanía y que va a crecer, donde no podemos perder posicionamiento", destacó.
El ejecutivo de la cámara agregó que, además, Brasil es un mercado donde la argentina históricamente exporta vinos de gama baja y media, los más afectados por la pérdida de competitividad en virtud de la inflación. De hecho, el precio promedio por caja a Brasil es de u$s 35,12, contra u$s 39,36 de los envíos a Estados Unidos, el primer destino argentino.
"Hoy los vinos entran a 60 días. Si en julio Brasil volvió a crecer como destino es porque empezaron a entrar los envíos demorados desde mayo", explicó Pina. Según estiman en el sector, las trabas generaron pérdidas de un mes a mes y medio de ventas a Brasil, por unos u$s 7 millones, dinero que sería difícil recuperar en el resto del año.