La creciente inflación de costos está poniendo nuevamente en apuros a la actividad ganadera, ya que los precios de sus productos, como el ternero y el novillo, el último año tuvieron aumentos menores.
Según un estudio realizado por Fermín Torroba, técnico de la Comisión de Ganadería de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), en 2012 los insumos para esta actividad tuvieron respecto de 2011, a valores corrientes ponderando el efecto de la inflación, un aumento "generalizado" promedio en pesos del 30 %.
La contracara está en los productos que hace el sector: en 2012 el ternero aumentó sólo 1% y el novillo, 7 %.
"Algunos de los aumentos en los insumos fueron el gasoil, que aumentó un 29 por ciento; el personal, un 26 por ciento, y la UTA (el costo de trabajar una hectárea, incluyendo maquinaria e insumos), un 39 por ciento", expresó Torroba.
También se registraron alzas en otros rubros, como la semilla de alfalfa, que de un año para el otro subió 44%; el rollo de alambre, que se encareció un 16 por ciento; el poste de quebracho, que trepó 40%, y la vacuna antiaftosa, que se incrementó 32 por ciento.
De esta manera, observando los distintos rubros, en 2012 el gasoil se ubicó en un promedio de 6 pesos el litro; la UTA, en 213 pesos; el kilo de semilla de alfalfa, en 39 pesos, y el rollo de alambre, en 497 pesos, siempre a valores corrientes.
Si se ve lo que ocurrió con los productos de la ganadería, el ternero, que subió apenas un 1%, quedó en un promedio de 12 pesos el kilo vivo y el novillo, que aumentó 7%, cerró en 9 pesos el kilo, de promedio.
Después de una fuerte liquidación de hacienda por la intervención del Gobierno en el mercado y la sequía, en 2010, en medio de un contexto de escasez, la hacienda tuvo una importante recuperación de precios. Sin embargo, luego se estancaron, mientras la inflación de los costos siguió en alza.
Por el deterioro de los precios frente a los costos, el productor ganadero necesita más kilos de su producto para pagar gastos.
Un ejemplo para el caso es el invernador que compra terneros al criador. "En 2011 hacían falta 281 kilos de novillo por mes para cubrir el costo de un empleado (sueldo base). Pero en 2012 esta relación aumentó un 18 por ciento, pasando a 332 kilos de novillo", precisó Torroba.
En tanto, en el caso del criador, pasó a necesitar 25% más de kilos de terneros para pagar el costo de un empleado por mes. Si en 2011 requería 194,7 kilos, en 2012 le hacían falta 243 kilos de ternero por mes para pagar el sueldo base.
Requerimientos
Otros datos: hoy el criador necesita también 43% más de kilo de ternero para cubrir el gasto de un kilo de semilla de alfalfa y 29% más para el litro de gasoil.
En este contexto, los resultados del negocio ganadero varían según las categorías. Víctor Tonelli, consultor, lo describió de la siguiente manera para los criadores:
-La cría mantuvo muy buenos márgenes en 2011 y hasta mayo de 2012. A pesar del incremento de los costos de estructura (costos indirectos, al margen de los insumos directos), el margen por hectárea para un campo de cría de unas 1000 hectáreas en la cuenca del Salado (zona criadora de la provincia de Buenos Aires) dejaba el equivalente a unos 100 dólares por hectárea antes de impuestos y retiros del propietario. Ahora, para 2013 se espera que esos márgenes bajen entre "un 20 y un 25% en función de precios que vayan corriendo por detrás del incremento de los costos".
-Para los invernadores, en cambio, la estabilidad en el valor del ternero, su materia prima, dejaría resultados "estimulantes". Para este sector en campo propio los márgenes estarían en niveles de 100 a 120 dólares por hectárea. "Si bien no son extraordinarios, son estimulantes", afirmó.
-A todo esto, en el último cuatrimestre de 2012, el feedlot tuvo pérdidas de unos 150 pesos por cabeza en sus diferentes categorías de engorde.
Inquieta la falta de lluvias
Las principales zonas agrícolas continúan necesitando lluvias importantes para evitar que, frente a las altas temperaturas que se estuvieron registrando en las últimas semanas, los cultivos de soja y maíz pierdan rindes.
El jueves pasado, las precipitaciones se concentraron más en el centro norte de Santa Fe y Chaco, con registros que llegaron a tocar los 50 milímetros en algunos lugares. Pero fueron de escasas a mínimas en el sur de Santa Fe, norte bonaerense y sur de Córdoba, la región núcleo de producción. "Se observa en el cultivo de soja falta de humedad superficial, comenzando a ser un problema serio en algunos lotes", advirtió la Bolsa de Comercio de Rosario en un informe difundido recientemente.