El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, instó ayer al consumidor a tomar conciencia sobre el alto nivel de precios de la carne vacuna y dijo que "si se tiene que abstener de consumir, lo haga". En declaraciones a Radio 10, el funcionario sostuvo que en los últimos días "bajó la hacienda en pie, pero no en la misma proporción en los supermercados, ahí está gran parte del sobreprecio que paga el consumidor".
"Lo mismo sucede en carnicerías, que tienen casi un 60% de las ventas, pero en este caso se hace difícil controlar y algunos representantes se hacen los distraídos ante la baja del precio y siguen atribuyendo el aumento a los proveedores", sostuvo el ministro.
También un informe de la Sociedad Rural Argentina (SRA) advirtió que el precio de la hacienda cayó un 20% en el Mercado de Liniers en los últimos días, pero que en la red de distribución de carnicerías y supermercados esa baja no llega.
El precio de la carne había aumentado hasta el 16% en diciembre cuando la hacienda en pie cotizó en alza, pero no hubo correlato ahora que los valores en el mercado descendieron. "No es justo que el consumidor esté pagando de más por el abuso de ciertos eslabones de la cadena. Aspiramos a que las carnicerías, supermercados y distribuidores sean responsables y retrotraigan los valores como corresponde", advirtió la SRA. La entidad apeló al "sentido común" y solicitó que "al igual que cuando sube la hacienda en Liniers y se refleja en el mostrador, cuando ésta desciende, bajen los precios de la carne".
Por su parte, Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), señaló que cuando sube la hacienda la cadena comercial aprovecha para recomponer sus precios. "La hacienda sube y luego baja, como ocurre ahora, pero la carne en la carnicería no. Esto viene de la mano de los costos, que no tienen que ver estrictamente con la carne, como los servicios, las paritarias y el transporte", consideró.
Ante esta situación, Buryaile se había mostrado confiado en que iba a haber rebajas en la carne significativas, pero esto no ocurrió. El funcionario dijo que el Estado intervendría y autorizaría la importación de carne, una medida que según la vicepresidenta Gabriela Michetti está "en estudio".
Según adelantó el ministro, se va a aplicar "la ley de defensa de la competencia" para controlar el abuso y sancionar a "quienes lleven a cabo aumentos desproporcionados, o constituyan una posición dominante en el mercado".
"Nuestro objetivo es mantener el poder de compra del consumidor y por eso vamos a trabajar fuerte con los supermercados. Así, el que tenga una posición abusiva puede ser multado o clausurado", señaló el ministro.
En relación con la posibilidad de autorizar la importación de carne vacuna, Buryaile señaló: "Tenemos la obligación de mirar el mercado interno y que el consumidor tenga carne en la góndola. No queremos que no haya carne mientras el productor engorda al novillo para vender en el mercado externo".
"Si alguien pide permiso para importar carne y no hay en las góndolas, lo vamos a autorizar", prometió.
El responsable de la cartera agroindustrial reiteró que "los supermercados se han quedado con una parte sustancial de la ganancia, hay que llamar a los consumidores a optar por otras opciones".
"Hay que incorporar a los supermercados a la mesa de discusión de la cadena de valores. Lo que ha bajado la hacienda en pie, no ha retrocedido en esos comercios. Es muy difícil controlar carnicería por carnicería", consideró Buryaile.
Un estudio de KPMG afirma, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), que en 2015 el país produjo cerca de 2,1 millones de toneladas de carne, una cifra que está muy por debajo de los valores que el país alcanzó años atrás y que le dieron una mayor participación en la oferta internacional.