Millones de pesos sin liquidar y demoras de 60 días para los productores para poder terminar de cobrar. Ésas son las consecuencias que está generando la puesta en marcha del sistema electrónico para liquidaciones primarias de granos, implementado por la AFIP, según denuncian los corredores de cereales.
Ese mecanismo entró en vigor el 13 de marzo pasado y el Gobierno lo hizo para reemplazar las liquidaciones primarias del productor que se hacían en papel. En realidad, la medida se diseñó para quitarle a la Federación Agraria Argentina (FAA) la emisión de formularios conocidos como 1116 que servían para ese fin en papel. Ahora tiene que ser electrónico.
Según los corredores de cereales, el nuevo sistema electrónico no está funcionando como debería hacerlo y no permite concluir la mayoría de las liquidaciones de granos, sobre todo, cuando hay que hacer bonificaciones o rebajas por calidad.
"El nuevo sistema no funciona como corresponde. La parte electrónica sólo permite hacer ajustes parciales y no las liquidaciones finales. Para los productores, esto está representando demoras de más de sesenta días para terminar de cobrar cuando hay que hacer, por ejemplo, bonificaciones", expresó una fuente de los corredores.
Cuando se hace la facturación, se realiza por el 95 a 97,5%, según el grano, y en la liquidación final se factura el 5 o 2,5% pendiente, también según el producto. En el caso del girasol o el trigo, que suelen tener bonificaciones por calidad, esto también se hace en la liquidación final, que ahora la AFIP lo llama ajuste.
Los corredores ponen otro ejemplo práctico: cada 1000 toneladas de soja, hoy se deja de cobrar 25 toneladas y eso multiplicado por la cantidad de toneladas comercializadas va a representar mucha plata.
"Existen millones de pesos de las liquidaciones finales que no se pueden hacer porque el sistema no lo permite, con perjuicio realmente significativo al sector productor", explicó un corredor que pidió no ser mencionado.
Por este tema, cinco centros de corredores le enviaron el 24 de mayo pasado al jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, una carta en la que le pedían una audiencia para buscar soluciones. Se trata del Centro de Corredores y Agentes de la Bolsa de Cereales, el Centro de Corredores de Rosario, el Centro de Corredores de Santa Fe, el Centro de Corredores de Cereales de Bahía Blanca y el Centro de Corredores de la Bolsa de Entre Ríos.
Los corredores le advirtieron a Echegaray en la carta: "Casi la totalidad de los negocios facturados por este nuevo régimen no están cerrados, dada la imposibilidad de hacer los ajustes para liquidar calidad, aplicando bonificaciones y rebajas tal como se hacía en las liquidaciones finales ahora llamadas ajustes. Esto impide el pago de las finales a los productores".
Cuando se puso en marcha el nuevo sistema, funcionarios de la AFIP les dijeron oralmente a los operadores que el sistema en papel podía convivir durante 15 o 20 días más con el nuevo sistema electrónico. Sin embargo, al no haber una resolución que precisara esa convivencia, muchos operadores no aceptaron el papel.
Desde la AFIP, una fuente desmintió a los corredores y aseguró que el nuevo sistema "funciona correctamente".
"A la fecha, la AFIP no registra ningún reporte de error por mal funcionamiento del sistema", sostuvo, y agregó: "Cabe destacar que el nuevo sistema ya cuenta con más de 253.000 liquidaciones emitidas satisfactoriamente, y han dado expresa conformidad con la nueva metodología los productores, acopios y otros actores de la cadena comercial, salvo los exportadores, que por propia decisión y en connivencia con los corredores pretenden impedir el cambio tecnológico, y con ello la transparencia de las operaciones del sector".
En el sector corredor dicen que no están en contra del sistema electrónico y manejan otros números: de 280.000 liquidaciones emitidas de productores, sólo se pudieron hacer "finales" por menos de 2000, explican. Según trascendió, en medio de la polémica, funcionarios de la AFIP habrían reprendido a representantes de los corredores por la difusión de estos problemas.