Muchos australianos estaban experimentando un descanso agridulce de la amenaza de incendios forestales, con lluvias inundaciones que arrasaron algunas partes de los estados del este y mineros que se preparaban para un ciclón tropical que azotara el corazón del país durante el fin de semana.
La Oficina de Meteorología (BOM) emitió severas advertencias de tormentas eléctricas para el sureste del estado de Queensland y una alerta de inundación para más de 20 áreas en Nueva Gales del Sur (NSW) después del inicio de fuertes lluvias que se espera que continúen durante varios días.
El aire cálido y húmedo que entraba desde el este estaba trayendo la lluvia, dijo el pronosticador de BOM Mike Funnell a la Australian Broadcasting Corp: "Esperamos que las precipitaciones más fuertes lleguen a la costa noreste de Nueva Gales del Sur y luego se encaminen lentamente hacia el sur"-.
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"Hemos comenzado el proceso de desmovilización de personas no esenciales de nuestros sitios que pueden verse afectadas por el sistema meteorológico", se dijo en un comunicado.
El clima húmedo ha ayudado a sofocar o ralentizar algunos de los incendios forestales más dañinos y de larga duración del país, que han quemado más de 11.7 millones de hectáreas (2.8 millones de acres) de tierra desde septiembre. La prolongada temporada de incendios forestales ha matado a 33 personas y se estima que mil millones de animales nativos. Más de 2.500 casas han sido destruidas.
Los funcionarios, sin embargo, han advertido que la amenaza aún no había terminado y que probablemente habrá semanas más de extinción de incendios por delante. Alrededor de 60 incendios todavía ardían en NSW y Victoria, los estados más poblados del país, con alrededor de la mitad de los clasificados como no contenidos.
Fuente: Reuters
